
Un informe de la FAO estima que la provincia podría generar hasta 6.900 puestos directos e indirectos con inversiones de entre 350 y 550 millones de dólares en un plazo de 10 años.
Tierra del Fuego podría consolidarse como un nuevo polo acuícola en Argentina, con capacidad para generar más de 4 mil empleos en su etapa inicial y hasta 6.900 en su fase de maduración. Así lo indica el informe técnico SOFIA 2024 de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), que proyecta un desarrollo escalable y sostenible en la provincia.
El documento plantea que, bajo modelos productivos de piscicultura, mitilicultura y estaciones de genética, se requerirían inversiones estimadas entre 350 y 550 millones de dólares a lo largo de 8 a 10 años.
La FAO destaca que la acuicultura moderna, impulsada por la creciente demanda global de proteínas saludables, superó desde 2018 a la pesca de captura como principal fuente de consumo humano. En este contexto, Tierra del Fuego presenta ventajas únicas: contraestación con el hemisferio norte, disponibilidad hídrica, zonas certificadas para moluscos y un entorno insular que favorece un modelo sanitario y ambiental diferenciado.
La proyección conservadora estima que la producción de 105 mil toneladas de pescado podría generar entre 2.625 y 5.250 empleos. A ello se sumarían entre 100 y 150 puestos especializados en las estaciones de genética de Río Olivia y Río Grande. La mitilicultura, prevista en Puerto Almanza y la zona atlántica norte de Río Grande, aportaría entre 1.400 y 1.500 empleos adicionales.
En total, se calcula un rango de entre 4.125 y 6.900 puestos de trabajo directos e indirectos.
El modelo fueguino propuesto apunta a una economía acuícola diversificada, con fuerte integración vertical, trazabilidad certificada y alto valor agregado. La estrategia incluye la comercialización de genética adaptada con marca y patente certificada, con destino tanto al mercado nacional como internacional.
Además del impacto económico, el plan contempla programas de capacitación y fomento para priorizar la mano de obra local y garantizar la sostenibilidad bajo un enfoque de triple impacto: social, ambiental y económico.
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