
El 15 de mayo de 1984 quedará para siempre marcado en la memoria colectiva de los fueguinos como el día en que la esperanza democrática sufrió un duro golpe. Aquella mañana, un avión Lear Jet perteneciente a la Gobernación despegó desde Ushuaia rumbo a Río Grande, transportando al gobernador Ramón Alberto Trejo Noel, su esposa y una comitiva de funcionarios y asesores que lo acompañaban en su gestión.
A bordo de la aeronave también se encontraban los pilotos Mario Marconcini y Rodolfo Mario Pourrain. El vuelo, que debía durar apenas minutos, jamás llegó a destino. Pocos instantes después del despegue, la señal del avión se perdió repentinamente de los radares. La búsqueda se activó de inmediato, pero no hubo noticias alentadoras: el jet había caído en las gélidas y remotas aguas del Canal Beagle, uno de los entornos más extremos del país.
Los intensos operativos de rescate desplegados en los días siguientes no lograron recuperar ni los restos del avión ni los cuerpos de sus ocupantes. La tragedia cobró la vida de doce personas y sumió a la provincia en una profunda conmoción.
Ramón Trejo Noel había asumido como gobernador apenas cinco meses antes, en diciembre de 1983, en el marco del regreso de la democracia al país. Su corta gestión se destacaba por un fuerte impulso a políticas públicas en salud, educación e infraestructura, que auguraban un camino de transformación para la provincia más austral de la Argentina.
Hoy, a 41 años de aquel fatídico día, su figura continúa siendo recordada como símbolo de compromiso, cercanía con la comunidad y vocación de servicio. La tragedia del Lear Jet no solo truncó una prometedora etapa de gobierno, sino que también dejó una herida que aún perdura en la historia de Tierra del Fuego.
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