
En diálogo con Fm La Isla, Pablo Ibáñez, integrante del cuerpo de delegados de la UOM, expresó que, si bien los trabajadores retomaron sus tareas tras un paro de nueve días, la preocupación por el futuro de la industria continúa intacta. “Estamos en una situación de agotadora incertidumbre”, remarcó.
El dirigente explicó que como parte del acuerdo alcanzado tras el conflicto, se conformó una mesa técnica y política integrada por representantes del Gobierno Nacional, el Gobierno de la Provincia, cámaras empresariales como AFARTE y el grupo Mirgor, y representantes sindicales, incluida la seccional Ushuaia de la UOM. Esta mesa viene sosteniendo reuniones periódicas cada 10 o 15 días.
La preocupación principal gira en torno al decreto que determina la baja de aranceles a las importaciones, que ya redujo a la mitad el arancel vigente y que, a partir de enero del próximo año, lo eliminará completamente. “Hoy estamos en un 8%, que todavía sostiene algo de producción, pero cuando lleguemos a cero, ahí va a estallar el conflicto. Por eso estamos intentando anticiparnos”, señaló Ibáñez.
En cuanto a los posibles impactos, el delegado sostuvo que la mayor vulnerabilidad se da en los celulares de gama baja y media baja, cuyo costo no permite competir con los productos importados, especialmente los de origen asiático. “Es lógico que esa gama esté en riesgo, pero hasta ahora ninguna empresa lo confirmó oficialmente. Sí sabemos que si no hay propuestas, los primeros afectados serán esos productos y, con ellos, los puestos de trabajo que los fabrican”.
Ibáñez aseguró que en las primeras reuniones de la mesa técnica se planteó, como organización sindical, la derogación del decreto, algo que fue inmediatamente descartado por los funcionarios nacionales. “Nos dijeron que no hay vuelta atrás. Entonces planteamos otras alternativas: analizar la estructura de costos, tocar la logística, discutir la tasa de verificación de procesos productivos que pagan las empresas y revisar los aportes al Fondo de Ampliación de la Matriz Productiva (FAMPF)”.
Sobre este último punto, Ibáñez defendió su continuidad como una herramienta fundamental para diversificar la matriz industrial de la isla. “Ese fondo fue una iniciativa nuestra. Representa un aporte del 3.15% sobre los precios de salida de fábrica. Si bien no es la solución total, es parte de una estrategia más amplia para que las empresas dejen de mirar a Tierra del Fuego solo como un lugar de ensamblaje y empiecen a comprometerse con la región”.
Otro tema central planteado fue la ausencia de actores claves en la mesa de negociación: los sectores de comercialización. “Hoy no están sentados quienes definen el precio final al consumidor. Un aire acondicionado sale 350 mil pesos de fábrica y termina valiendo más de un millón. Esos márgenes los definen cadenas de comercialización con posición dominante. Ahí también hay que poner la lupa”, apuntó el delegado.
Por último, Ibáñez confirmó que este jueves 26 de junio se realizará en Ushuaia una nueva reunión de la Comisión del Área Aduanera Especial, de la que también participan sectores de la Aduana. Luego de eso, se prevé un nuevo encuentro de la mesa técnica. “Esperamos que en esta nueva ronda las empresas traigan información concreta. Hasta ahora no lo han hecho. Si no hay respuestas claras, lamentablemente vamos a tener que tomar medidas en el corto plazo”, concluyó.
El escenario que se dibuja para los trabajadores del régimen industrial fueguino es incierto. Con miles de familias dependiendo de la continuidad de la producción, desde la UOM exigen decisiones urgentes y responsables que prioricen el empleo y la estabilidad del sector.
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