sus sensaciones en torno a la crítica situación que desde hace varios años viven los jubilados provinciales, quienes mes a mes sufren dificultades en el cobro de sus haberes. Consideró que son \"presos, rehenes y mendigos de lo que por derecho nos corresponde\".
La carta de la jubilada Gloria Quartino de Coto dice lo siguiente:
Ya es hora de expresar lo que siento y pienso respecto de la situación en la que nos encontramos los jubilados de esta provincia. Presos, rehenes y mendigos de lo que por derecho nos corresponde; cobrar nuestro haber jubilatorio en el tiempo y la forma previsto por la ley, como de recibir la asistencia sanitaria - ambos beneficios por los cuales hemos pagado y seguimos abonando- no precisamente en cuotas.
La administración de la Caja Jubilatoria - presidencia y directores - cargos que debieran ser ocupados y ostentados con honorabilidad, certeza, justicia y equidad, no hace más que humillar y degradar con sus actos vergonzosos, a quienes por las leyes, nos hemos convertido en la ofensiva clase pasiva. Discuten, se agreden, se niegan, se enfrentan, montando patéticas escenas que de ningún modo merecen el mínimo respeto y lo que es peor aún, culminan sin resolver cuestión alguna que garantice el cumplimiento de sus deberes y responsabilidades.
Mes a mes, como esperando la navidad, cada uno de nosotros, quienes vivimos en esta provincia, quienes por la razón que fuere, lo hacen en otros lugares, quienes mediando amparo o sin él, mayores, ancianos, sanos y enfermos, aguardamos saber de nuestro haber, noticia que finalmente se convierte, gracias a la ineptitud de las autoridades previsionales, en lamentables respuestas, confundiendo y angustiando a los que más debieran proteger y defender.
Las instituciones deudores del IPAUSS son parte asimismo de esta desesperante realidad, jugando un perverso papel asfixiante, atravesadas, como no podía de ser de otra forma, por la maléfica política, que todo lo rompe, que todo lo pudre.
El Poder Judicial, silencioso protagonista, permite que cada quien, haga lo que mejor le parece, sin hacer valer su preciosa potestad, cual es la de aplicar justicia.
28 años de aportes a esta caja jubilatoria y 34 años de vida en esta provincia me dan el permiso de decir estas palabras, apelando a la razón de los que tienen el poder. Revisen sus actos, midan sus palabras, comprométanse con quienes los han puesto donde están.
Me despido parafraseando a mi padre, en uno de sus irónicos y geniales versos:
Más hay que ser optimista,
Entre tanta desazón
Esta la contemplación de reparto de lo justo, entonces nos viene el susto
Porque la cuestión se agrava.
La injusticia es cosa brava
Y el privilegio da gusto.
Así, en la jubilación
La tramoya es bien visible,
Acá hasta todo es posible
Menos la distribución.
La vergüenza es solución,
Una cuestión en que creo,
Mas en verdad no la veo
En la presente ocasión.
Gloria Quartino de Coto
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