
El Municipio de Río Grande intensificó su política de seguridad vial con nuevos operativos de control vehicular desplegados en diversos sectores de la ciudad. A través de la Dirección de Tránsito, se llevaron adelante inspecciones que abarcaron más de 1200 vehículos, arrojando como resultado 600 actas por distintas infracciones.
Entre las faltas detectadas figuran la ausencia de documentación reglamentaria, el uso del celular al volante, maniobras imprudentes y estacionamientos indebidos. Sin embargo, lo que más preocupación generó entre las autoridades fue la identificación de 41 conductores que circulaban bajo los efectos del alcohol. En estos casos, los vehículos fueron secuestrados conforme a la normativa vigente.
Los controles, tanto planificados como sorpresivos, se realizan en distintos barrios y horarios, con la finalidad de desalentar conductas de riesgo. Desde el municipio remarcaron que se trata de una estrategia sostenida para preservar la vida y la integridad de quienes transitan por la vía pública.
Asimismo, se reiteró el llamado a la ciudadanía para adoptar hábitos responsables al conducir: utilizar siempre el cinturón de seguridad, portar la documentación exigida y abstenerse del consumo de alcohol. También se insistió en evitar el uso de dispositivos electrónicos mientras se maneja, una de las principales causas de distracción al volante.
“La seguridad vial no es solo una tarea del Estado, sino una construcción colectiva. Con el compromiso de todos, estamos avanzando hacia una ciudad más segura”, indicaron desde el gobierno local, que prevé continuar con estos controles de manera rotativa y permanente.
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