Edubina Ayan atravesó una delicada situación médica tras una intervención quirúrgica de rutina en el Sanatorio Fueguino, que casi le cuesta la vida. Según relató a Aire Libre Fm, luego de ser operada de la vesícula, fue medicada con un fármaco al cual es alérgica, pese a haberlo advertido previamente en su historia clínica.

“No me acuerdo de nada, porque nunca llegué a despertarme después de la operación. Tomé conciencia cinco días después, cuando ya estaba en terapia intensiva. Me dijeron que me colocaron un medicamento que no correspondía, y soy alérgica. Todo eso estaba detallado en el prequirúrgico que uno llena con su puño y letra”, explicó Edubina. “Los médicos no se tomaron la molestia de leer el papel. Si lo hubieran hecho, no hubieran cometido ese error”, remarcó con angustia.

Su hija, quien presenció lo ocurrido al salir la paciente del quirófano, relató: “El doctor nos dijo que todo había salido bien. Pero al poco tiempo un enfermero le administró un medicamento, y cuando le pregunté si sabía que mi mamá era alérgica a la penicilina y a la amoxicilina, me miró sorprendido y dijo que no. Mi mamá se empezó a descompensar, a vomitar, y cuando le tomaron los signos vitales ya no tenía. Ahí la pasaron de urgencia a terapia”.

La familia señaló directamente al doctor Rubén Rojido como el cirujano responsable de la operación. “Tenemos una planilla firmada por él con los medicamentos que debía recibir. Allí figura uno al que ella es alérgica. Ayer, cuando fuimos a sacarle los puntos, él no dio explicaciones. Solo dijo que se había equivocado, pero que le había preguntado a mi mamá antes de operarla”, detalló su hija, y agregó: “Hoy es su palabra contra la de ella”.

El testimonio también revela otras irregularidades. “La nutricionista dijo que no podía comer legumbres, y ese mismo día le dieron puré de lentejas. No hay comunicación entre los profesionales. Además, le dieron el alta médica sin indicaciones claras sobre el seguimiento”, sostuvo la hija de Edubina.

Durante los días más críticos, fue el doctor Montes quien, según la familia, fue el único que habló con franqueza. “Nos dijo que mi mamá estaba ahí por una mala praxis. Nosotros no queremos pelear ni juzgar, pero sí esperamos que se reconozca el error. No se puede seguir actuando con impunidad y sin empatía”, concluyó.

Finalmente, Edubina expresó: “Yo estoy viva de milagro. Si tuviera alguna enfermedad de base o no hubiera reaccionado a tiempo, hoy estaría sepultada. Lo único que pedimos es que esto no vuelva a pasar. No somos un número más. En ese sanatorio se atienden niños, personas mayores. Necesitamos responsabilidad”.