
En diálogo con FM del Pueblo, el urólogo Dr. Pablo Vives, ex jefe del servicio de urología del Hospital Regional Río Grande y actual integrante del equipo del CEMEP, compartió su visión sobre el avance de la especialidad en la ciudad y remarcó la importancia de la prevención, especialmente en patologías como el cáncer de próstata y las enfermedades de transmisión sexual.
“Me retiré del hospital el 31 de enero, cumplí los años de servicio, me tomé unos meses y ahora me sumé al equipo del CEMEP”, contó el médico. En ese espacio trabaja junto a los doctores Oliva y Hachusky, además de médicos itinerantes que viajan una vez al mes. “El equipo está completo, es un muy buen servicio”, aseguró.
Consultado sobre la importancia de las campañas de concientización respecto a la salud prostática, Vives destacó que hay un cambio positivo en la actitud de los hombres: “Ya hay muchas más consultas espontáneas. Se fue perdiendo el tabú que había. Es bastante común que los hombres vengan a los 50 años”.
“Es el cáncer más frecuente del hombre después de los 50 años y es muy peligroso”, explicó. En ese sentido, subrayó la necesidad de realizar controles, dado que el diagnóstico se puede obtener de forma sencilla: “Se hace con un análisis de sangre y una ecografía. Con eso se puede detectar más del 99% de los casos”.
La clave, remarcó, está en la detección temprana. “Si se encuentra algo focalizado dentro de la glándula, el tratamiento es curativo. Puede ser quirúrgico o con radioterapia, según se acuerde con el paciente”. En cambio, si el cáncer está avanzado y compromete otros órganos, como los huesos, la situación se complica. “Aumentó mucho la sobrevida, pero cuanto más precoz se detecte, mejor, como en el cáncer de mama o el de cuello de útero”.
Sobre cuándo conviene comenzar los controles, aclaró: “No, a los 40 no. Más o menos a los 50 años. Antes de esa edad, uno está protegido por las hormonas masculinas. Aunque a los 45, 46, se puede empezar tranquilamente”.
Además de la próstata, el especialista resaltó que los controles urológicos abarcan todo el aparato urinario: “Se pide una rutina de laboratorio y una ecografía. Si el paciente está asintomático y aparece algún hallazgo, se avanza con tomografía o resonancia. Todo eso también avanzó muchísimo”.
En cuanto a la disponibilidad de atención en Río Grande, Vives celebró el progreso de los últimos años: “Se equiparon hospitales y clínicas tanto para el diagnóstico como para el tratamiento. Prácticamente ningún paciente necesita ser derivado. El 90% de los tratamientos quirúrgicos o medicamentosos se hacen acá”.
Los turnos para atenderse en el CEMEP, explicó, se pueden solicitar fácilmente a través de la página web de la institución.
Hacia el final de la entrevista, se refirió a otro tema que lo preocupa: el aumento de las enfermedades de transmisión sexual. “Tenemos proyectos de campañas de concientización sobre la próstata, la litiasis –que se relaciona con la alimentación– y las enfermedades de transmisión sexual, que aumentaron a cifras importantes”, advirtió.
“El año pasado vi muchas uretritis gonocócicas o gonorrea. Lo que pasa es que muchos jóvenes no se cuidan, no usan preservativo y tienen relaciones esporádicas. El problema es que, a veces, contagian a una pareja y luego ya no se la vuelve a ver, se pierde el seguimiento y el tratamiento del foco”.
Finalmente, recalcó que aunque los síntomas pueden disminuir, la enfermedad no desaparece por sí sola: “La gonorrea, por ejemplo, provoca una infección con salida de pus por el pene y ardor al orinar. A veces el sistema inmunitario logra bloquear los síntomas, pero no cura la enfermedad. Por eso hay que venir a la consulta, cuidarse, usar preservativo y, en lo posible, tener una pareja estable”.
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