Un fuerte episodio delictivo golpeó a la producción comunitaria de cannabis medicinal en Río Grande. Guillermo López Barrios, cultivador solidario inscripto en el REPROCANN, informó que el pasado viernes desconocidos ingresaron al predio donde trabaja para la Fundación Terpenos del Sur y se llevaron 18 plantas destinadas a la elaboración de aceites terapéuticos. La entidad asiste a más de 360 pacientes entre personas, perros y gatos que dependen de estos preparados, lo que ahora compromete la provisión para todo 2026.
El ataque no solo terminó con la sustracción de las plantas, sino que también dejó daños en la huerta y agresiones hacia sus animales. López Barrios relató que "lo más lamentable es eso, y la agresión que sufrieron los dos perros, que recibieron un par de garrotazos en el lomo, tenemos una impotencia, primero porque esto es solidario”. Además de la pérdida total de los cultivos, se vio afectado material genético que la fundación había desarrollado para uso terapéutico.
Gracias a su habilitación vigente del Registro del Programa de Cannabis, el cultivador pudo radicar la denuncia formal. Comentó, sin embargo, que muchos productores de la provincia no tienen esa posibilidad debido a demoras administrativas: “No nos pasó solamente a nosotros, hay gente inscripta en REPROCANN y se demoraron 2 años, siguen en espera… muchos cultivadores… sufren daños similares a esto, pero no pueden denunciar por no tener el REPROCANN activo”, remarcó.
En su espacio de cultivo trabajaban con 18 plantas de gran porte, suficientes para mantener un flujo estable de aceite medicinal. "Con eso podemos abastecer con aceites frescos y de calidad”, explicó. La pérdida deja a la Fundación Terpenos del Sur prácticamente sin materia prima para garantizar los tratamientos de sus más de 360 pacientes.
El impacto emocional tampoco pasó desapercibido. "Hoy quedamos devastados, por este riesgo… todavía no se liberó una orden de allanamiento, y necesitamos hacer viral esto, porque más de 360 personas se quedan sin tratamiento”, expresó con preocupación.
López Barrios pidió celeridad en la investigación y en la puesta en marcha de las normativas pendientes para evitar que otros cultivadores solidarios enfrenten situaciones similares. "Lo hacemos todo a título personal, se le da todo a la fundación para que lo pueda llevar adelante, se perdió material genético, y mis dos perros que sufrieron esa agresión”, concluyó.
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