
A partir de este mes, los senadores nacionales verán reflejado en sus haberes un nuevo incremento que eleva sus ingresos brutos por encima de los $9,5 millones. El ajuste se vincula directamente con los aumentos paritarios que corresponden al personal legislativo y fue avalado por las autoridades del Congreso, Martín Menem por la Cámara de Diputados y Victoria Villarruel por el Senado.
Este esquema de actualización se sustenta en una resolución aprobada en abril, donde se consensuó que las dietas parlamentarias seguirán la evolución salarial del personal del Congreso. La suba contempla un aumento del 1,3% retroactivo a marzo, porcentaje que también se aplicará a los sueldos de abril y mayo.
Actualmente, la dieta parlamentaria se compone de 2.500 módulos, más 1.000 por gastos de representación y 500 por desarraigo (un adicional que reciben casi todos los senadores, salvo cuatro). Con el valor del módulo fijado en $2.376,04, el monto total supera los $9,5 millones, según consignó Infobae.
Además, en abril se otorgó un pago adicional, correspondiente a una “dieta número 13” para compensar el aguinaldo. Solo una legisladora, Alicia Kirchner, rechazó percibir este beneficio, ya que opta por su jubilación como ingreso principal.
Hasta marzo de este año, los salarios legislativos permanecían congelados desde 2023. Villarruel había prorrogado esa situación hasta fines de marzo, aclarando que no tomaría más decisiones unilaterales y que cualquier definición futura debía contar con el aval del cuerpo legislativo.
La suba, sin embargo, no estuvo exenta de polémicas. Desde el kirchnerismo manifestaron su malestar y advirtieron que se apartarán de futuras discusiones sobre el tema. “Nos hartaron. Que hagan lo que quieran”, expresó un senador del interbloque conducido por José Mayans. Otro legislador, también alineado con Cristina Kirchner, fue aún más contundente: “Nos cansamos de los que hablan de más y después se borran”.
El contexto también muestra la presión creciente del gremio APL, encabezado por Norberto Di Próspero, que viene reclamando reapertura de paritarias. Algunos bloques del Frente de Todos incluso elevaron pedidos formales a Menem y Villarruel, respaldando los reclamos del personal legislativo.
Mientras tanto, la situación interna del Senado atraviesa tensiones institucionales. El secretario administrativo Emilio Viramonte Olmos presentó su renuncia —aún sin oficializar—, tras desacuerdos con Villarruel, quien no cumplió con su compromiso de restituir atribuciones eliminadas a su antecesora. A esto se suman despidos, reestructuraciones y decisiones que continúan generando ruido dentro del cuerpo legislativo.
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