El exjuez electoral Isidoro Aramburu se refirió al proceso de reforma de la Constitución fueguina, aún en suspenso, tras la medida cautelar que frenó el cronograma electoral previsto por el Gobierno provincial tras el decreto de convocatoria emitido en 2023. Consultado por los pasos a seguir, el exmagistrado destacó la necesidad de que el Superior Tribunal de Justicia resuelva con celeridad e independencia.

“Lo que la ciudadanía espera es una Justicia imparcial, no sometida al poder político de turno. Debe ser rápida, clara y justa, y mantenerse firme como poder independiente dentro del sistema republicano”, afirmó Aramburu, subrayando la importancia de que las decisiones no estén contaminadas por intereses partidarios.

Respecto al fondo del debate, el exjuez expresó que, si bien considera positivo que haya una reforma, el momento oportuno debe ser evaluado por el ámbito político. “El pueblo representado en la Legislatura tiene una mirada más completa sobre cuándo es el tiempo adecuado”, señaló.

Aramburu hizo hincapié en que cualquier modificación a la carta magna debe contar con una participación popular amplia y activa. En ese sentido, propuso que se convoque a los distintos sectores organizados de la sociedad —sindicatos, cámaras empresarias, científicos, intelectuales y fuerzas vivas— para lograr una reforma con profundidad democrática.

“Una reforma sin la ciudadanía es incompleta. Es clave que la sociedad se involucre si realmente se busca fortalecer el sistema democrático”, sostuvo, y apuntó que ese involucramiento debe ir acompañado de un cambio más profundo en la cultura política.

En su reflexión más crítica, Aramburu alertó sobre una decadencia prolongada del sistema institucional argentino. “Desde la dictadura de 1976 y con el paso de los años, la partidocracia se fue alejando del pueblo. Hoy vemos una política de cenáculo, cerrada y alejada de la ciudadanía”, opinó.

“La decadencia no es un hecho puntual: se profundiza cada día un poco más”, advirtió. Y concluyó con una mirada ética sobre la función pública: “Cualquiera que acceda a un cargo debe entender que no recibe privilegios, sino responsabilidades enormes frente a la sociedad. Solo así podemos empezar a cambiar”.