
Argentina mostró avances alentadores en los aprendizajes de los estudiantes de primaria, según los últimos resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) realizado en 2023. Esta evaluación, organizada por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la Unesco, reveló mejoras significativas en Lectura y Matemática respecto a los desempeños observados en 2019.
El análisis incluyó a alumnos de 3º y 6º grado de 226 escuelas de todo el país, donde se examinaron competencias académicas, factores asociados al aprendizaje e incluso habilidades socioemocionales. Participaron 4.325 estudiantes de tercer grado y 4.371 de sexto, junto con docentes, directivos y familias que respondieron cuestionarios complementarios.
En el caso de los alumnos de 3° grado, los progresos fueron notables. En Matemática, el porcentaje de quienes no alcanzan el nivel esperado bajó de un 48,9% en 2019 a un 35,6% en 2023, mientras que el grupo que logró el nivel más alto se duplicó, pasando del 5,1% al 8%. La Lectura también mostró un retroceso en los desempeños más bajos: la proporción de estudiantes por debajo del nivel deseado disminuyó 6,2 puntos porcentuales y creció el número de quienes alcanzaron el nivel más alto, del 13,9% al 22,2%.
Sin embargo, el panorama en sexto grado continúa siendo motivo de preocupación. Allí, el 65,5% de los alumnos no llegó al nivel esperado en Lectura, y la cifra trepa al 83% en Matemática. Aunque los datos son algo mejores que los de 2019, todavía muestran un escenario desafiante, más crítico incluso que el reflejado por las pruebas nacionales Aprender del mismo año. Además, en Matemática, casi la mitad de los chicos (48,2%) quedaron en el nivel más bajo, lo que indica brechas profundas por cerrar.
El estudio también exploró diferencias por género: los varones mostraron mejores resultados en Matemática en tercer grado, mientras que las niñas obtuvieron rendimientos superiores en Lectura en sexto. Entre los factores que favorecen los aprendizajes, se destacaron el número de días de estudio semanal, el compromiso del cuerpo docente con el bienestar estudiantil y el apoyo activo en el aula. En contraposición, la repitencia, las inasistencias frecuentes y llegar con atrasos al colegio impactaron negativamente en los logros.
Otro aspecto que midió el ERCE fueron las habilidades socioemocionales, donde los alumnos argentinos registraron un leve descenso respecto a 2019, aunque el informe de la Unesco aclaró que la disminución fue “de baja magnitud”. Se valoraron competencias como la autorregulación y la apertura a la diversidad, atributos que mostraron correlación positiva con mejores desempeños académicos.
Este progreso educativo se dio en un contexto difícil. Argentina fue uno de los países de la región con más días de suspensión total o parcial de clases durante la pandemia: 157 días sin clases presenciales y 418 días con restricciones. A pesar de ello, el informe reconoció los esfuerzos de directivos y docentes para adaptarse a nuevas modalidades, priorizar contenidos y mantener el contacto con las familias. Tras el retorno a las aulas, se reforzaron las estrategias para atender rezagos, adaptando actividades y aplicando evaluaciones diagnósticas para nivelar aprendizajes.
A nivel regional, Argentina logró ubicarse por encima del promedio latinoamericano registrado en 2019 en casi todas las áreas, salvo en Matemática de sexto grado, donde apenas logró superar la media (699 puntos frente a 697).
En definitiva, los datos del ERCE pospandemia no solo contradicen los pronósticos más pesimistas que auguraban un retroceso masivo tras el cierre prolongado de escuelas, sino que también muestran que, con compromiso escolar y acompañamiento familiar, es posible sostener e incluso mejorar el nivel educativo en escenarios complejos.
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