
El doctor en Ciencias Biológicas Ignacio Chiesa, investigador del CADIC-CONICET con base en Tierra del Fuego, forma parte de una expedición internacional sin precedentes que explora el cañón submarino de Mar del Plata, a casi 4.000 metros de profundidad. A bordo del buque de investigación Falkor, el equipo transmite en vivo imágenes del fondo oceánico que nunca antes habían sido registradas con tal nivel de detalle y calidad.
La misión —que se desarrolla con tecnología de punta y tiene como objetivo identificar zonas de alta conservación— es impulsada por el Schmidt Ocean Institute, organización internacional que seleccionó el proyecto argentino entre otras iniciativas científicas globales.
Ciencia en vivo y en directo
Desde el canal de YouTube del CONICET, miles de personas siguen en tiempo real las inmersiones del sumergible robotizado SuBastian, equipado con cámaras de ultra alta definición y brazos recolectores capaces de obtener muestras sin dañar el entorno. Los videos han superado el medio millón de visualizaciones en pocos días, con escenas impactantes de criaturas abisales, corales gigantes, peces bioluminiscentes y ecosistemas intactos.“Buscamos zonas sin presencia humana, con un alto grado de conservación, que puedan ser propuestas para su protección”, explicó Chiesa en diálogo con la radio FM 93.1 de Ushuaia. “Cada muestra que se toma tiene un fin científico o ambiental. No se colecta por colectar, hay una responsabilidad en lo que hacemos”.
Más desconocido que Marte
Uno de los datos más sorprendentes que arroja esta campaña científica es el nivel de desconocimiento que existe sobre el océano profundo. “Se estima que conocemos más la superficie de Marte que el fondo del mar”, afirmó Chiesa. “El océano profundo es el ambiente más grande del planeta y apenas fue observado en un 0,001% con imágenes”.En este contexto, el investigador también destacó la importancia del sistema educativo nacional en la formación de los científicos argentinos que participan del proyecto. “Todo esto es posible gracias a la tecnología de la fundación Schmidt, pero también por la formación que nos dieron las universidades públicas. Hay biólogos de todo el país en esta expedición”, subrayó.
Tecnología al servicio del conocimiento
La embarcación Falkor, bautizada en honor al dragón de la película La historia sin fin, es una nave de última generación equipada con sensores, laboratorios móviles y conexión satelital para transmisiones en vivo. El robot SuBastian no sólo graba imágenes, sino que también registra datos ambientales esenciales: temperatura, corrientes, composición del agua e incluso niveles de microplásticos.La expedición representa un hito para la ciencia argentina y para la visibilización del conocimiento oceánico, un campo clave en el contexto del cambio climático, la protección de la biodiversidad y la exploración responsable de recursos.
Compartinos tu opinión