Un nuevo episodio de tensión diplomática y simbólica se desató luego de que la aerolínea LATAM eliminara el nombre oficial “Malvinas Argentinas” del aeropuerto internacional de Ushuaia en sus pasajes y plataforma web. La decisión responde a una exigencia de la Asamblea Legislativa de la colonia británica en Malvinas, que vetó expresamente el uso de esa denominación.
El hecho se produjo en el marco de la primera escala del vuelo que, a partir del 13 de septiembre, une Santiago de Chile, Punta Arenas, Ushuaia y Monte Agradable, en las islas Malvinas. Si bien oficialmente la ruta se modificó por reparaciones en la pista del aeropuerto de Río Gallegos, la medida incluyó la imposición kelper de eliminar cualquier referencia al nombre que homenajea la soberanía argentina.
La decisión significa la omisión deliberada de un símbolo clave para la Argentina, ya que el aeropuerto de Ushuaia fue bautizado “Malvinas Argentinas” como reconocimiento a los héroes de la guerra de 1982 y reafirmación del reclamo histórico sobre las islas. En contraste, otros aeropuertos como el de Punta Arenas aparecen en los sistemas de la aerolínea con sus denominaciones completas.
Este gesto, considerado por distintos sectores como un desprecio hacia la historia y la legitimidad argentina, marca un nuevo avance de la presión británica en la región y evidencia la capacidad de la Asamblea Legislativa kelper de imponer condiciones sobre vuelos internacionales.
La situación también reaviva el debate interno en torno al rol del Estado nacional y la respuesta de las autoridades frente a este tipo de embates, que son percibidos como un retroceso en la defensa de la soberanía y de los intereses argentinos en el Atlántico Sur.
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