El secretario general del SETIA, Rodrigo Cárcamo, describió un escenario “crítico” para la industria textil e indumentaria que, según señaló, se arrastra desde el inicio de la actual gestión nacional y hoy impacta de lleno tanto en Tierra del Fuego como en el resto del país.
Cárcamo apuntó que los informes sectoriales marcan una pérdida cercana a 1.500 empleos por mes en todo el territorio. En el plano local, mencionó despidos en Badisur, el cierre definitivo de Fabrisur y salarios impagos en Blanco Nieve, casos por los que el sindicato inició gestiones administrativas para que se liquiden los haberes adeudados.
Para el dirigente, el derrumbe de las ventas y la apertura indiscriminada de importaciones dejaron a muchas plantas operando “a pedido y a mínima escala”, sin previsibilidad. Ese cuadro —agregó— “rompió la cadena del consumo”, con salarios que pierden poder de compra, paritarias “achatas” y acuerdos salariales sin homologación, lo que repercute en comercios, kioscos y supermercados.
Cárcamo subrayó que la acción gremial por sí sola no alcanza si no hay decisiones políticas que protejan al entramado productivo. Dijo que las cámaras empresarias buscaron abrir canales de diálogo con el Gobierno nacional “sin ser escuchadas” y advirtió que, mientras tanto, plataformas de comercio transfronterizo inundan el mercado con productos a precios muy bajos, desplazando la producción local.
En esa línea, señaló que otros países con problemas similares están impulsando marcos legales de protección frente a las importaciones vía plataformas. “En Argentina hay intención de avanzar, pero sin eco político resulta muy difícil”, remarcó.
El sindicalista también alertó por indemnizaciones mal liquidadas, pagadas en cuotas o por montos inferiores a los que fija la ley, y por acuerdos forzados que terminan perjudicando a las y los trabajadores. “Sin un respaldo efectivo del Estado que restablezca reglas claras, el panorama será caótico y muy doloroso para quienes viven de su trabajo”, concluyó.
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