El secretario general de la UOCRA, Julio Ramírez, compartió una dura reflexión tras los resultados de las elecciones del domingo. El dirigente reconoció que el desenlace lo tomó por sorpresa:
“La verdad que fue una sorpresa lo que nos llevamos, por lo menos nosotros como sindicato local, nos llevamos una sorpresa terrible. Pensábamos que después de las elecciones se podían llegar a acomodar algunas cosas, pero se ve que la gente está llena de plata, porque todos votaron a (el presidente Javier) Milei”,
expresó con evidente desconcierto.
Ramírez describió un panorama complejo para el sector de la construcción y la economía en general. “Venimos con una situación terrible con este gobierno, no tenemos trabajo, cierran la fábrica, cierran los negocios, están cerrando todo y la gente se da el gusto de poner el voto por ellos, la verdad no entiendo nada”, sostuvo. Pese a su preocupación, señaló que mantienen una mínima expectativa en el reinicio de las obras del aeropuerto, proyecto que podría generar algunas fuentes de empleo:
“La única esperanza que tenemos de trabajo es que empiece el trabajo en el aeropuerto, que casi es un hecho que va a empezar, y tendremos ese trabajito solo así que vamos a ver la gente que se va a ocupar ahí y después a esperar.”
El gremialista también apuntó contra la falta de inversión pública y la paralización de proyectos:
“No hay ninguna visión de que este gobierno, a nivel nacional, mande plata para terminar las viviendas y mande plata para hacer las obras que hay que hacer.”
Con preocupación por el futuro inmediato, Ramírez advirtió que las medidas adoptadas por el Ejecutivo podrían agravar la situación:
“Yo creo que va a empeorar, por la decisión que tomó este gobierno de parar la obra pública. Entonces, creo que vamos a estar peor. Si la gente que los votó piensa que vamos a estar mejor, esa gente creo que está totalmente equivocada.”
Finalmente, cuestionó con firmeza las políticas laborales que impulsa la administración nacional:
“Porque el tipo insiste con la reforma laboral, va todo contra el obrero. No va a haber indemnización, se va a cobrar un doce por ciento el primer año, un ocho por ciento el segundo año, y cuando se vayan les van a pegar una patada con dos pesos en el bolsillo. Y bueno, la gente parece que no ve esas cosas, parece que no fueran trabajadores, parece que fueran todos empresarios. La verdad, que estoy muy sorprendido, no entiendo nada, pero bueno, nosotros vamos a seguir luchando, obviamente, no nos vamos a quedar con los brazos cruzados.”
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