La posibilidad de modificar el régimen de producción industrial en Tierra del Fuego volvió a generar inquietud entre los trabajadores del sector electrónico. Dirigentes sindicales advirtieron sobre el impacto que podría tener el pedido elevado por AFARTE y la Unión Industrial Fueguina (UIF) para introducir cambios en los procesos productivos y reducir la participación de mano de obra local.

El planteo de las cámaras empresarias consiste en permitir la importación de productos con mayor grado de ensamblado, lo que implicaría disminuir la intervención de las plantas fueguinas. En términos concretos, el nivel de fabricación local pasaría del 70 al 30 por ciento. Según estimaciones sindicales, esta medida provocaría la pérdida de entre 20 y 30 puestos de trabajo por línea de producción, afectando principalmente a las plantas de celulares y televisores.

“Lo que están pidiendo las cámaras es que los productos lleguen prácticamente terminados. Eso significaría menos líneas, menos operarios y un nuevo golpe al empleo local”, explicó Javier Escobar, secretario general de ASIMRA.

Escobar cuestionó la falta de reacción de los gobiernos provincial y nacional. “No puede ser que dos cámaras definan el futuro de la industria desde Buenos Aires. Si el gobernador y la ministra de Industria no pueden defender la provincia, ¿para qué están?”, expresó.

El dirigente adelantó que, de concretarse la modificación, los gremios impulsarán un paro provincial en conjunto con la Unión Obrera Metalúrgica. “No alcanza con repudiar. Hay que actuar con fuerza, porque nos están debilitando para llegar a fin de año con menos trabajadores”, sostuvo.

Actualmente, más del 60 por ciento de la producción fueguina corresponde a telefonía celular, seguida por televisores y equipos de aire acondicionado. La posible reducción del proceso productivo amenaza con profundizar la caída del empleo industrial en un contexto de recesión y pérdida del consumo interno.

“Esto no es sólo un problema económico, es también una cuestión de soberanía. Tierra del Fuego es estratégica, y debilitar su polo industrial es una forma de avanzar sobre ella sin conflicto bélico”, advirtió Escobar.

Mientras las cámaras empresarias argumentan que el cambio busca mantener la competitividad del sector, desde los sindicatos aseguran que el ajuste se hará a costa de los trabajadores.