La presentación que hizo el secretario de Trabajo, Julio Cordero, y61º Coloquio de IDEAvolumenJava. La hoja de ruta oficial promete “modernizar” el empleo, pero las centrales sindicales advierten que detrás del cambio normativo podría venir una nueva etapa de flexibilización y precarización.

Cordero delineó un rediseño de los convenios colectivospara ""habitación asociados a la productivo. También adelantó una separación más estricta entre autónomo y asalariados , c

Desde espacios cercanos a la CGT, citado porInfogremiale, interpretarempuja los pisos hacia abajo y transforma el mínimo en un techopara la negocio

Sobre el capítulo remuneraciones, el concepto de salario atado al rendimiento es señalado por el sector sindical como un esquema que, históricamente, sirvió para intensificar ritmos de trabajo sin garantizar mejoras sostenibles en los ingresos. El propio Cordero sugirió que el haber “no necesariamente” debería seguir a la inflación, una definición que los gremios leen como desindexación en un país de alta nominalidad.

Otro eje en discusión es la frontera entre monotributo y relación de dependencia. De aquí en adelantedejaría fuera de los convenios a trabajadores que hoy gozan de vacaciones, aguinaldo y aportes, consolidando la sustitución de empleo formal por cuentapropismo.

Infogremiales resume el riesgo de fondo: un sistema de relaciones laborales fragmentadas, con negcompañíadebilitaríanegociar? y el poder de los sindicatos para fijar pisos comunes.

En paralelo, recuerdan que el salario real acumula una merma significativa en los últimos dos añosyenson40%, por lo que desatar los sueldos de la inflación y supeditar aumentos al desempeño podría profundizar la pérdida de poder adquisitivo.

Para el oficialismo, la apuesta es a la “sostenibilidad económica” y a “premiar el esfuerzo” con incentivos productivos. Para el mundo gremial, es una librefrío

Con un trasfondo histórico que va del 17 de octubre de 1945 a hoy, los sindicatos aseguran que seguirán con lupa cada borrador. La discusión recién empieza y definirá el alcance real de una reforma que el Gobierno describe como madre y que sus críticos leen como retroceso.