
Según datos de la cancillería argentina, el verano pasado visitaron la Antártida más de 56 mil turistas y este año, la cifra se multiplicó a 80 mil, de acuerdo a lo informado por la IAATO.
Uno de los temas asociados con el turismo que genera mayor preocupación es su potencial para producir impactos de variada magnitud sobre el ambiente. Entre ellos pueden destacarse aquellos provocados por las reiteradas visitas a los mismos sitios durante los meses de verano, que suelen coincidir espacio-temporalmente con los sitios y la época de reproducción de algunas especies antárticas.
Además, la actividad turística puede aumentar el riesgo de ingreso de especies no nativas al continente antártico, producto del constante traslado desde y hacia Sudamérica, desde otros puertos de entrada, y entre islas antárticas y subantárticas. Finalmente, sus impactos también pueden estar vinculados al uso de embarcaciones, incluyendo la contaminación marina producto de derrames de hidrocarburos.
Los desembarcos en la Antártida se concentran principalmente en sitios libres de hielo de fácil accesibilidad, con rasgos únicos en su fauna y flora, paisajes, historia y actividad científica. Aunque existen alrededor de 200 sitios que suelen ser visitados por el turismo, la mayor carga de turistas se concentra en unos 30, que resulten ser los más populares y están ubicados en su mayoría, en el archipiélago de las islas Shetland del Sur y en el estrecho de Gerlache, al noroeste de la Península Antártica.
Las actividades turísticas que se llevan a cabo en el continente antártico son variadas, e incluyen caminatas, para avistaje de fauna u otros valores ambientales o históricos, viajes en botes de pequeño porte, visitas a estaciones científicas, paseos en kayaks, campamentos, escaladas, buceo, snorkel y hasta surf de remo. El turismo antártico en cruceros suele tener un componente educativo muy fuerte, ya que a bordo se cuenta con la presencia de guías y conferencistas que brindan charlas a bordo referentes a los valores y a la preservación del continente. Por ello, el turismo antártico puede ser visto como un medio de difusión que contribuye a diseminar la importancia de la conservación del continente antártico.
Regulación del Turismo
El Sistema del Tratado Antártico ha establecido reglas y directrices que los visitantes y los operadores turísticos deben cumplir, con el objeto de garantizar que no se produzcan impactos adversos en el medio ambiente antártico ni en sus valores científicos y estéticos. Además de cumplir con lo establecido en el Protocolo de Madrid, el turismo antártico debe observar lo dispuesto específicamente respecto del turismo en las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico.
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