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Interes General

Llegó el frío: todo lo que hay que saber para evitar intoxicaciones con monóxido de carbono

El monóxido de carbono es un tipo de gas venenoso, sin color ni olor, que se produce por la combustión incompleta del carbono presente en materiales tales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol, gasoil y nafta. Su inhalación provoca que se reemplace el oxígeno en el torrente sanguíneo con la consecuente falta de oxígeno, dañando el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo.

Quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son los niños pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y las personas que habitan en zonas de gran altitud.

El principal peligro de este tipo de intoxicación es que en muchos casos la persona no es consciente de los síntomas, los cuales pueden variar de un individuo a otro.

Los síntomas pueden ser:

Dolor de cabeza.

Náuseas o vómitos.

Mareos, acompañados de cansancio.

Letargo o confusión.

Desmayo o pérdida de conocimiento.

Alteraciones visuales.

Convulsiones.

Estado de coma.

También pueden producirse otros síntomas parecidos a una intoxicación alimentaria, un cuadro gripal, un problema neurológico o cardíaco. Es decir, ante la inhalación de este gas venenoso, puede parecer que la persona tiene otra patología.

Si se sospecha de estar sufriendo una intoxicación por monóxido de carbono por presentar algunos de los síntomas, se recomienda abrir ventanas y puertas de la casa para ventilar los ambientes; salir a tomar aire fresco inmediatamente; apagar los artefactos de gas y concurrir con urgencia a un centro de salud u hospital y/o comunicarse inmediatamente con un servicio de emergencias médicas.

Medida de prevención

Para prevenir la intoxicación por monóxido de carbono es indispensable controlar las instalaciones y el buen funcionamiento de artefactos cada invierno, así como mantener los ambientes bien ventilados:

Control de instalaciones

Controlar la correcta instalación y el buen funcionamiento de los artefactos: calefones, termotanques, estufas a gas, salamandras, hogares a leña, calderas, cocinas, calentadores, faroles, motores de combustión interna en automóviles y motos, braseros.

Examinar especialmente las salidas al exterior de hornos, calefones, estufas y calderas para asegurarse que están permeables y en buen estado.

Hacer una verificación de las instalaciones con personal matriculado que pueda identificar y corregir los desperfectos de la fuente generadora de monóxido de carbono.

Existen distintos signos que muestran que un artefacto no está funcionando bien y vuelve urgente hacer revisar la conexión por un gasista matriculado:

Comprobar que la llama de estufas y hornallas sea siempre de color azul. Si les anaranjada es señal de mal funcionamiento.

Lo más notorio en un conducto de gas que no esté bien puesto o mal tapado, es el rastro de una mancha negra en el techo y en la pared (en el recorrido que hace el caño).

Ambientes bien ventilados

Comprobar que los ambientes tengan ventilación hacia el exterior.

Ventilar toda la casa una vez al día, aunque haga frío.

Dejar siempre una puerta o ventana entreabierta, tanto de día como de noche, y aún cuando haga frío.

Si se encienden brasas o llamas de cualquier tipo, no dormir con éstas encendidas y apagarlas fuera de la casa.

No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente.

No mantener recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor.

El calefón no debe estar en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados.

No encender motores a combustión (grupos electrógenos, motosierra, etc.) en cuartos cerrados, en

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