
Tras desistir de asistir a la ceremonia de inicio de pontificado del nuevo líder de la Iglesia católica, el Gobierno nacional decidió enviar a dos de sus funcionarios más cercanos en su representación. La delegación argentina participó de la multitudinaria misa en la Plaza de San Pedro y luego mantuvo una audiencia privada con el Sumo Pontífice.
Durante la reunión, que tuvo lugar en el primer día del nuevo papado, se abordaron temas de interés bilateral, sociales y humanitarios, además de extenderle una invitación formal para visitar la Argentina, propuesta que fue recibida con agrado. Según trascendió, el Papa manifestó su intención de concretar un encuentro con el Presidente argentino en las próximas semanas y expresó también su deseo de viajar al país.
El intercambio fue calificado como cálido y cercano, destacándose la preocupación del Pontífice por los conflictos globales y la necesidad de fomentar procesos de pacificación. También se le entregó un obsequio representativo de la identidad nacional, que fue recibido con interés y compromiso por parte del líder religioso.
El mandatario había considerado viajar a Roma para participar de la ceremonia, pero su presencia fue finalmente descartada debido a compromisos locales, particularmente por la realización de elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la misa, que contó con la participación de fieles y delegaciones de más de 150 países, el nuevo Papa pronunció un mensaje centrado en la fe, la alegría y el amor como pilares de su pontificado. En su discurso, reafirmó su voluntad de servir al pueblo como un hermano y pastor.
La comitiva argentina también estuvo presente en la ceremonia fúnebre del Papa anterior, realizada semanas atrás en la misma Basílica, donde se congregaron autoridades mundiales y jefes de Estado. En ese contexto, se destacó el respeto y la relevancia histórica que el fallecido Pontífice tuvo para la comunidad argentina y el mundo.
Desde el entorno presidencial se había señalado días antes que el Papa emérito era considerado una figura de enorme trascendencia para el país y para los millones de fieles católicos que lo reconocieron como un líder espiritual influyente y cercano.
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