
El 18 de mayo de cada año se celebra en la Argentina el Día de la Escarapela, uno de los símbolos patrios más emblemáticos de la nación, creado en 1812 durante el Primer Triunvirato como distintivo en las Provincias Unidas del Río de la Plata.
La escarapela argentina fue el primero de todos los símbolos patrios. Luego vendrían el escudo, el himno y la bandera nacional. Pero gracias a esta primera invención es que se determinaron los colores celeste y blanco como los representativos del país, para luego utilizarse en todas las demás.
En aquellos años, el uso de la escarapela pretendía uniformar al ejército revolucionario y establecer una distinción de los enemigos. Quien solicitó su uso e impulsó su creación fue Manuel Belgrano, abogado y prócer argentino, referente de la Revolución de Mayo y vocal de la Primera Junta de Gobierno.
El origen de los colores de la escarapela
Los colores de la escarapela no tienen un origen claro y definido. Sin embargo, existen ciertas hipótesis que podrían justificarlo.
Durante las invasiones inglesas (1806 - 1807), los Patricios pudieron haber sido los responsables de adoptar los colores celeste y blanco durante su rol de primer cuerpo de milicia urbana del Río de la Plata. La teoría afirma que luego esta gama se popularizó por los nativos.
Por su parte, otra versión indica que la escarapela fue usada por primera vez en Buenos Aires, en una entrevista que un grupo de damas tuvo con el coronel Cornelio de Saavedra, quien fue el jefe del regimiento de Patricios.
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