
Fue durante la indagatoria que prestó ayer ante la Jueza de Feria. El adolescente dijo que agredió a los dos efectivos de la Comisaría Primera cuando los uniformados los identificaban. También admitió haber robado el arma reglamentaria de uno de los agredidos para luego darse a la fuga. Ayer también declararon dos mayores de edad que dijeron haber estado en el lugar pero no haber cometido agresión alguna.
Un menor de 17 años prestó declaración indagatoria ayer ante la jueza María Cristina Barrionuevo y confesó haber agredido a dos efectivos de la Comisaría Primera en un control de rutina que los uniformados llevaban a cabo el domingo pasado.
El adolescente, cuya identidad fue reservada, por ser menor de edad, prestó declaración indagatoria ayer y dijo haber golpeado a los dos suboficiales de la comisaría primera que intentaban identificarlo. El chico se encontraba junto a otro menor y dos mayores de entre 19 y 20 años cuando se produjo el violento episodio.
El fiscal Fernando Ballester Bidau imputó a las 4 personas por el delito de lesiones, atentado y resistencia a la autoridad. Ayer la jueza Barrionuevo indagó al menor y los dos mayores, y este viernes indagará a otro adolescente menor de edad que también fue imputado por el Ministerio Público.
El hecho sucedió el domingo a las 5 de la mañana en Cilav/aia y Yov/en, en el ingreso al barrio Escondido. Allí el cabo Martin Zarate y el cabo Rodrigo Bazán, ambos efectivos de la Comisaria Primera, retornaban una consigna en los barrios altos. Al intentan identificar a cuatro varones y una mujer fueron agredidos salvajemente.
Uno de los uniformados quedó tirado en el suelo incsciente y el restante con el rostro totalmente bañado en sangre. Sus atacantes huyeron del lugar y uno le robó la pistola 9 milímetros que le provee la fuerza a sus agentes.
Tras una serie de allanamientos se logró recuperar el arma reglamentaria sustraída en la agresión. Incluso fue el propio menor que se encontraba en uno de los domicilios y que fue indagado ayer, el que señaló a los agentes del orden donde había escondido la pistola reglamentaria.
Fuente: Diario Fin del Mundo
Compartinos tu opinión