En el marco de la efeméride del 15 de septiembre, Día de la Flor en Argentina, la técnica Susana Aressi, extensionista de la agencia INTA Río Grande, compartió con nuestro programa recomendaciones para quienes desean iniciar o mantener una huerta durante esta primavera.
Aressi destacó la importancia de respetar los tiempos de siembra según la temporada:
"Lo ideal es sembrar flores, hortalizas o frutales a mediados de agosto o septiembre. Aceleramos el proceso de germinación a través de almácigos para poder trasplantar a mediados de octubre. De esta manera, adelantamos la producción y podemos aprovechar mejor la temporada."
Sobre la obtención de semillas y su adaptación a la zona, Aressi explicó:
"Hasta el año pasado entregábamos semillas a través del programa Pro Huerta, pero ahora lo ideal es comprarlas o contactar a productores locales que hagan producción de semillas naturalizadas. Estas semillas están adaptadas a nuestras condiciones, como la temperatura y los días largos de verano, y son las más viables para cultivar en esta región."
En cuanto al cuidado y manejo de las plantas, la especialista señaló:
"En los almácigos es mejor usar un sustrato mezclado con compostaje en lugar de tierra común. La tierra tiene determinados nutrientes, pero al sacarla de su lugar original pierde equilibrio. Con la mezcla de turba y compost, logramos una estructura biológica adecuada para que las hortalizas crezcan sanas y fuertes."
Aressi también dio consejos para cultivar en espacios reducidos:
"No todos tienen patio o jardín. Incluso en un quincho o departamento se pueden cultivar plantas en macetas, respetando la distancia entre ellas. Por ejemplo, en la misma maceta se puede poner una lechuga, un rabanito y un repollo: así se aprovecha el espacio y cada planta puede desarrollarse correctamente."
Sobre el control de enfermedades y nutrientes, explicó:
"Cuando la planta tiene un problema se nota en el color o la forma de las hojas: si están amarillas, marrones o con manchas redondas. Se puede solucionar con biocidas caseros, como ajo o lavanda. Así, la planta puede continuar creciendo sin problemas."
Finalmente, la técnica resaltó el valor social de la huerta:
"Durante la pandemia, la huerta fue un escape y un espacio familiar. Con poco se puede hacer mucho, y el que diga que no se puede, es mentira. Ver que las personas crean sus propios espacios de cultivo me hace muy feliz."
Con estas recomendaciones, Aressi demuestra que cualquier espacio puede convertirse en un lugar productivo y sustentable, incluso utilizando recipientes reciclados o macetas improvisadas.
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