La demanda habitacional en Tierra del Fuego no afloja: el Instituto Provincial de Vivienda y Hábitat (IPVyH) registra cerca de 3.000 familias y unas 4.000 personas solas a la espera de una solución. Con el financiamiento nacional prácticamente cortado, el organismo reordenó prioridades y concentra recursos en terminar lo que ya está en marcha.
Laura Montes, presidenta del IPVyH, describió en FM Espectáculo 93.1 un escenario atravesado por la falta de fondos. “Hoy el objetivo es culminar obras y, donde no podamos construir, entregar lotes con servicios”, explicó. A modo de ejemplo, graficó el costo de la infraestructura: en sitios donde antes podía levantar 250 viviendas, ahora apenas alcanza para 50 lotes con la misma inversión en redes.
Pese a la parálisis general, el instituto mantiene frentes activos con avances dispares: 204 viviendas en Río Grande y 210 en Ushuaia, con progresos que rondan entre el 60% y el 80%. El ritmo, admitió, es lento porque depende casi por completo de recursos propios y del goteo del FONAVI. “Ese fondo se sigue percibiendo, pero muy por debajo del flujo habitual; todo fue muy disruptivo”, señaló.
La funcionaria recordó que el IPVyH tenía proyectadas más de 2.000 viviendas licitadas que nunca obtuvieron financiamiento. “Quedamos atados a las obras en ejecución”, dijo, al subrayar el impacto de la retirada del Estado nacional de los programas de vivienda que sostuvieron al sector durante medio siglo.
El recupero de cuotas aporta poco oxígeno: “Con lo que se cobra hoy apenas se puede financiar una vivienda y media por mes. La cuota se indexó recién hace tres años y durante mucho tiempo se licuó”, detalló. En paralelo, las alternativas privadas no logran cubrir la demanda social. “Las ventas en pozo apuntan a un 10% de la población. El privado necesita recuperar rápido y nosotros financiamos a 30 años: son lógicas que no encastran”, planteó.
Mirando hacia adelante, Montes admitió incertidumbre sobre el futuro del FONAVI e iniciativas de participación público-privada que, por ahora, “son más un título que una realidad”. Aun así, aseguró que la provincia deberá sostener compromisos con obras y contratos vigentes. “En el corto plazo volcamos todo a terminar viviendas. Si este ahogo financiero no afloja, habrá que hacer un diagnóstico serio de lo que ocurrirá con los IPV de todo el país. Es cíclico: ya pasó en los 90 y después repuntó. La clave es qué hará la Nación”, concluyó.
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