La crisis que atraviesa la empresa Fabrisur parece llegar a su etapa final. Según confirmó el secretario adjunto de la Asociación Obrera Textil (AOT), Diego Abregú, la firma tiene previsto cerrar sus puertas a mediados de octubre, dejando a sus últimos empleados frente a un escenario complejo.
Como salida, la compañía ofreció a los trabajadores que permanecían en la planta el pago total de la indemnización, aunque en cuotas. Una parte aceptó la propuesta, pero otros optaron por rechazarla y esperar. Ante esta división, la empresa resolvió aplicar suspensiones con un 75% del salario bruto, medida que fue avalada en asamblea por mayoría.
Actualmente, la representación gremial de la AOT abarca a un grupo muy reducido apenas diez u once operarios mientras que el resto pertenece al sindicato SETIA, con posiciones también divididas: algunos aceptaron los términos de la empresa y otros permanecen en sus puestos.
La suspensión acordada con la firma y el Ministerio de Trabajo rige hasta el 24 de septiembre. A partir de esa fecha, se espera una nueva instancia de negociación para definir si habrá un acuerdo definitivo o si la medida se extenderá.
Mientras tanto, dentro de la planta solo continúan activos algunos empleados en el área de mantenimiento. Ellos se reparten entre cuatro o cinco máquinas que siguen operativas y realizan turnos rotativos para mantenerlas en funcionamiento, detalló Abregú.
En este contexto, el futuro de Fabrisur ya parece sentenciado, aunque lo que resta por definirse es bajo qué condiciones se dará la desvinculación de los trabajadores y si todos accederán a la compensación ofrecida.
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