El municipio de Río Grande avanza en dos programas que cruzan educación, seguridad vial e inclusión social. Se trata de “Mi Primera Licencia”, orientado a jóvenes de 16 y 17 años, y “Mujeres al Volante”, destinado a mujeres y personas de la comunidad LGTBQ+ que buscan obtener su carné de conducir y ampliar sus posibilidades de empleo.
El subsecretario de Servicios y Seguridad Ciudadana, Javier Calizaya, dialogó con Radio Fueguina y explicó que la idea de “Mi Primera Licencia” nació en las escuelas: “La propuesta surgió por iniciativa de las docentes. Venían trabajando la seguridad vial y la construcción de ciudadanía en distintas materias, incluso en Física, para que los chicos entendieran qué pasa con las velocidades o con un objeto suelto en el auto. Nosotros nos sumamos para que los agentes de tránsito den la capacitación y acompañen los exámenes”.
La capacitación se dicta dentro de los colegios secundarios y finaliza con la posibilidad de rendir el examen teórico y práctico para obtener la licencia de conducir categoría B1. “Un auto es una herramienta, pero también una gran responsabilidad. Por eso queremos que los jóvenes empiecen a manejar sabiendo que ‘un auto es un arma’ si no se usa bien”, remarcó Calizaya. “Nos sorprendió que, de sesenta chicos, solo uno se animó a rendir de inmediato. Los demás prefirieron esperar, practicar un poco más. Eso habla de conciencia y de responsabilidad”.
En paralelo, el municipio lanzó “Mujeres al Volante”, un curso que apunta a derribar barreras históricas. “Queríamos generar acciones de formación para el acceso a ámbitos laborales, desde choferesas de maquinaria pesada hasta conductoras de transporte. Pero primero necesitamos que las personas tengan la categoría B1. De ahí nació este programa especial”, detalló el funcionario.
La propuesta incluye mecánica básica, primeros auxilios, capacitación teórica e instrucción práctica de manejo. La respuesta de la comunidad superó las expectativas: “Fue un éxito total, en una hora se cubrió el cupo. Hay una demanda enorme de mujeres y personas de la comunidad LGTBQ+ que necesitan la licencia para trabajar y para moverse de forma independiente”, señaló Calizaya.
Ambos programas son gratuitos y, según el subsecretario, persiguen un objetivo que trasciende el mero trámite administrativo: “La seguridad vial se construye de manera individual, pero se disfruta de manera colectiva. Lo que buscamos es dar herramientas para que cada vecino pueda ejercer su libertad de circular con responsabilidad, sin miedo al examen y sabiendo que el Estado está para acompañar”.
Con estas iniciativas, Río Grande busca formar conductores más conscientes, abrir oportunidades laborales y consolidar una cultura de respeto en las calles.
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