En medio de una crisis económica que golpea especialmente a los sectores más vulnerables, el Centro de Autoayuda a Pacientes Oncológicos (CAPO) de Río Grande enfrenta serias dificultades para continuar con su tarea solidaria. El espacio, que acompaña a pacientes en tratamiento oncológico, lucha por mantener encendida la calefacción, brindar contención y garantizar un entorno digno para quienes atraviesan momentos complejos de salud.

Hilda Linares, referente de la organización, explicó con profunda preocupación que los ingresos que logran reunir a través de ferias de ropa usada y productos caseros no alcanzan para cubrir los servicios esenciales, siendo el gasto de gas uno de los más difíciles de afrontar. Solo en el último mes, la factura alcanzó los $177.000, una suma que casi iguala lo recaudado por sus actividades solidarias.

“Estamos juntando peso por peso para poder pagar el gas y después continuar con los subsidios que entregamos a los pacientes. Muchos tienen jubilaciones mínimas o pensiones que no alcanzan para cubrir ni lo básico”, expresó Linares durante una entrevista en La 97 Radio Fueguina.

CAPO acompaña actualmente a unos 70 pacientes, aunque alrededor de 30 reciben asistencia directa. La mayoría enfrenta el drama de tener que elegir entre alimentarse o continuar su tratamiento, debido a la falta de cobertura de medicamentos o recursos propios. “He visto personas que deben decidir qué medicamento tomar, como si se tratara de un lujo. Eso duele”, relató Linares conmovida.

Más allá de las ferias, CAPO también elabora mermeladas artesanales, cuyos ingresos son destinados íntegramente a cubrir las necesidades urgentes de los pacientes. “El mes pasado logramos reunir $188.000, pero casi todo se fue en el gas. Nos está costando sostener lo mínimo”, reconoció la titular de la organización.

En ese marco, desde CAPO lanzaron un llamado a la comunidad: están organizando un bingo para septiembre y necesitan donaciones de premios o colaboración económica para poder realizarlo. Cada gesto cuenta. “Quienes puedan ayudarnos con donaciones o premios, por favor se contacten. Toda ayuda, por más pequeña que parezca, es valiosa”, pidió Linares.

Más allá de su labor cotidiana, CAPO representa un espacio de contención, abrigo y escucha para quienes enfrentan no solo una enfermedad dura, sino también un contexto social y económico adverso. Hoy más que nunca, necesitan del compromiso y la solidaridad de todos para seguir cuidando a quienes más lo necesitan.