
En una jugada que parece sacada de una novela de realismo mágico o de un manual de políticas públicas del siglo pasado, el Concejo Deliberante de Tolhuin declaró oficialmente la leña como un derecho fundamental y universal. Sí, mientras en el resto del país se debate sobre energías renovables y transición energética, en Tolhuin la prioridad es garantizar el acceso al noble tronco.
Durante la 2ª Sesión Ordinaria del año, los concejales derogaron una antigua ordenanza y, con el pecho inflado, aprobaron la nueva normativa que establece que más de 100 familias podrán seguir recibiendo sus 6 metros cúbicos de leña mensuales. La modernidad puede esperar.
El presidente del Concejo, Matías Rodríguez Ojeda, defendió la medida con una frase digna de ser tallada en madera: "El servicio de leña no es un lujo ni una opción, es una necesidad básica". Todo mientras las redes de gas avanzan a ritmo de caracol y la conexión eléctrica sigue siendo un desafío donde la leña sigue ganando la pulseada.
La ordenanza también otorga al Ejecutivo Municipal el poder de decidir quién accede a tan codiciado recurso, cuánta leña recibirá y cada cuánto tiempo. En otras palabras, se institucionaliza el reparto de leña como política de Estado en una Argentina donde el siglo XXI parece llegar a cuentagotas.
Así, Tolhuin reafirma su compromiso con el derecho a la calefacción… aunque sea a base de troncos y astillas. Porque en tiempos de hidrocarburos, energía solar y eólica, hay quienes todavía prefieren el chisporroteo clásico del fogón como símbolo de progreso.
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