Este 3 de julio se cumplen 21 años del fallecimiento del padre José Zink, más conocido como el “Cura Gaucho”, un referente espiritual y social profundamente querido por la comunidad de Río Grande y de toda la provincia de Tierra del Fuego.

Zink perdió la vida en 2004 en un trágico accidente de tránsito ocurrido en la rotonda de ingreso a la ciudad, mientras se dirigía a asistir a una familia rural, como lo hacía habitualmente. Tenía 81 años y hasta el último día de su vida mantuvo intacto su compromiso con los más necesitados.

La noticia de su muerte generó una enorme conmoción en la provincia. En ese momento, el Gobierno fueguino declaró duelo provincial por 96 horas y se suspendieron las actividades en las administraciones públicas de Río Grande y Ushuaia. Cientos de personas despidieron sus restos, en una ceremonia marcada por la emoción y el reconocimiento colectivo.

Nacido en La Pampa, el padre Zink llegó a Tierra del Fuego en 1956. Desde entonces, se dedicó a recorrer a caballo y en camioneta las estancias y campos más alejados, llevando la palabra, el acompañamiento y la contención espiritual a los rincones más inhóspitos de la provincia. Su estilo de vida, simple y comprometido, le valió el afecto de todos y el apodo de “Cura Gaucho”.

Durante la Guerra de Malvinas, también brindó apoyo espiritual a los soldados destacados en Ushuaia, reforzando su papel como figura cercana y solidaria en los momentos más difíciles.

En 1992 fue declarado Ciudadano Ilustre de Río Grande, y su figura es recordada cada año con actos, homenajes y palabras de gratitud. Incluso una de las instituciones educativas más importantes de la ciudad lleva su nombre, el Colegio Padre José Zink.

A 21 años de su partida, el Cura Gaucho sigue vivo en la memoria de los fueguinos como un símbolo de entrega, fe, humildad y compromiso con el prójimo.