
Durante una requisa sorpresiva realizada en uno de los pabellones de la unidad de detención de Río Grande, personal del Servicio Penitenciario Provincial descubrió 12 envoltorios con cocaína ocultos entre las prendas de un interno. Se trataría de unos 10 gramos en total, y el caso ya está siendo investigado por la Justicia Federal.
El detenido en cuestión es Carlos Mallo, quien fue condenado en febrero pasado a 18 años de prisión por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, con acceso carnal agravado por la convivencia con la víctima.
Si bien en este tipo de operativos es más habitual el hallazgo de marihuana, la presencia de cocaína no es frecuente. Según trascendió, Mallo no habría llegado a esconder ni desechar los envoltorios debido a la rapidez del procedimiento, lo que permitió su detección inmediata.
Fuentes cercanas a la causa indicaron que una de las hipótesis apunta a un familiar que habría ingresado recientemente al penal en el marco de una visita autorizada. En paralelo a la investigación judicial, las autoridades penitenciarias también iniciaron averiguaciones internas para determinar cómo se produjo el ingreso de la sustancia al establecimiento.
La causa está siendo tramitada en el fuero federal, donde se busca determinar la procedencia y posible red de ingreso del estupefaciente, mientras se analiza si existieron fallas o complicidades en los controles.
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