
Un informe del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina (CentroRA) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA reveló que el uso de tarjetas de crédito para comprar alimentos en supermercados pasó del 39% al 46% en los últimos meses. El dato expone una de las caras de la recesión: cada vez más familias recurren al financiamiento para cubrir gastos básicos.
En paralelo, el uso de efectivo y de tarjeta de débito cayó de forma marcada: el efectivo pasó del 20% al 16% y el débito del 34% al 27%. La disminución de estas modalidades de pago sugiere que el aumento en el uso del crédito no responde solo a promociones bancarias, sino a la imposibilidad de afrontar las compras con fondos disponibles.
El informe concluye que este fenómeno refleja el deterioro del poder adquisitivo, especialmente en sectores medios, y un endeudamiento creciente incluso para la compra de bienes esenciales como los alimentos.
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