
El escenario que atraviesan los pequeños comercios de Río Grande es crítico. Así lo describió Luis Schreiber, presidente del Centro de Almaceneros e integrante de la Cámara de Comercio, quien advirtió que la falta de consumo obliga a liquidar productos antes de su vencimiento y a reducir los márgenes de ganancia al mínimo.
Ventas en retroceso
Según Schreiber, la baja en la demanda es tan marcada que muchos precios no solo dejaron de subir, sino que en algunos casos retrocedieron. “Hay mercadería que se ofrece más barata porque, si no, se pierde. Esto muestra que la inflación oficial no refleja lo que realmente pasa en los negocios de barrio”, señaló en declaraciones a FM Del Pueblo.El dirigente comercial criticó los índices difundidos por el Gobierno, que marcan una inflación moderada: “No puede ser que un producto triplique su precio en quince días y después digan que el promedio mensual es del 2%. Ese número no coincide con la realidad”.
Promociones engañosas y costos fijos en alza
Otro aspecto que preocupa es el accionar de los mayoristas, que ofrecen promociones con productos al borde del vencimiento. “Cuando revisás las fechas, están todas al límite. Eso evidencia que no hay ventas”, advirtió. A la par, los gastos de energía y transporte siguen creciendo, lo que hace difícil sostener los negocios: “Algunos llegan a fin de mes casi sin ganancia”, reconoció.
Informalidad y ferias en crisis
Schreiber remarcó que la competencia desleal también profundiza la situación. “Hoy cualquiera vende comida casera por redes sociales sin controles sanitarios. A los comercios se nos exige todo y pagamos impuestos, mientras otros no tienen reglas”, cuestionó.Incluso las ferias, tradicionalmente vistas como una alternativa económica, muestran signos de agotamiento. “Mucha gente va por necesidad y no por elección. Si consiguieran un empleo formal, abandonarían esa actividad de inmediato”, describió.
Reclamo de controles y rol del Estado
El referente fue categórico respecto de la necesidad de regulaciones: “Si se eliminan los controles, es tierra de nadie. Cuando ocurre un problema sanitario o un desastre, nadie se hace cargo”. También planteó que, si el Estado financia ferias, debería exigirse a los feriantes un aporte proporcional para sostener esa estructura.
Impacto de las importaciones
El abastecimiento de frutas y verduras suma otro frente de conflicto. Si bien la mayoría de los productos llega desde el Mercado Central de Buenos Aires y de Mendoza, cada vez ingresan más alimentos desde países vecinos, lo que desplaza a los productores locales. “Muchos prefieren no cosechar porque no les resulta rentable”, aseguró.
Compartinos tu opinión