
En diálogo con FM Aire Libre, Patricia Cárdenas docente jubilada con más de 38 años de trayectoria, compartió su mirada en este Día del Maestro.
“Es algo distinto, porque se extraña un poco el bullicio de la escuela en estos días del acto que uno recuerda a Sarmiento, pero es algo emotivo, que da nostalgia y alegría a la vez de haber cumplido con la tarea de lo que uno eligió”, expresó.
Recordó que desde niña jugaba a ser maestra y que gracias a la gestión del padre Bonicelli, quien trajo el magisterio al pueblo en 1980, pudo concretar su vocación: “Yo me encontraba cursando quinto año, y fue justo el botón que esperaba para decir quiero estudiar. Gracias a Dios mis padres me acompañaron, y en 1983 me recibí”.
Sobre los cambios en la educación a lo largo de los años, señaló: “Hubo que abrirse a aceptar los cambios y ponerlos en práctica. Yo fui alguien que se fue adaptando, nunca me negué. Siempre incorporé lo nuevo sin dejar lo viejo, y creo que me daba buenos resultados porque mis alumnos salían aprendiendo”.
Con emoción, recordó el paso de sus alumnos por primer grado: “La emoción más grande es la del primer grado, porque uno los ve que llegan sin nada y salen aprendiendo a leer, a escribir, a contar los palotes. Eso es una emoción enorme”.
También repasó su paso por las aulas: “Ejercí durante 38 años, más de 25 frente al aula. Pasaron muchos chicos por donde yo estaba, tanto en el Colegio Don Bosco, donde trabajé 28 años, como en la Escuela N° 10 Manuel Belgrano, donde me jubilé”.
Al ser consultada por la situación actual de la docencia, opinó: “Se ha perdido un poco el valorar nuestra propia carrera. No todos, hay muchos que siguen con vocación, pero también entiendo que otros han puesto sus derechos por delante porque tienen que pagar un alquiler, tienen que comer. Y eso a veces se hace difícil con un sueldo bajo, más en esta isla”.
Finalmente, dejó un mensaje a colegas y futuros maestros:
“Es una carrera hermosa. Hay que enseñar con mucho amor y paciencia, porque estamos en contacto con personas. A los docentes nuevos, decirles que siempre van a recibir de los niños mucho amor. Paciencia y amor, y enseñar lo mejor que uno pueda. Sin perder los derechos, pero sin olvidar por qué somos docentes”.
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