
La ciudad de Ushuaia se convirtió en escenario inesperado de un escándalo político internacional, luego de que se conociera que el vicepresidente iraní Shahram Dabiri fue removido de su cargo tras visitar de forma discreta la capital fueguina y embarcarse en un crucero rumbo a la Antártida.
Dabiri, quien ocupaba el cargo de vicepresidente de Asuntos Parlamentarios del gobierno de Irán, viajó a la Argentina en el marco del año nuevo persa y, sin notificar oficialmente a autoridades nacionales ni locales, llegó a Ushuaia a fines de marzo. Desde allí, junto a una acompañante, abordó el crucero “Plancius”, una embarcación de expediciones antárticas que zarpa habitualmente desde el puerto fueguino.
La presencia del funcionario en el sur argentino se conoció luego de que comenzaran a circular en redes sociales imágenes del propio Dabiri en el muelle de Ushuaia, posando sonriente junto al buque que lo trasladaría hacia el continente blanco. La situación generó una fuerte repercusión en su país, donde atraviesan una grave crisis económica e inflación récord.
El presidente iraní Masud Pezeshkian anunció oficialmente su destitución a través de una carta pública en la que remarcó que “viajes recreativos costosos de los funcionarios, incluso si corren con sus propios gastos, no son justificables en este contexto”.
Según pudo saberse, el viaje fue realizado con visa de turista y sin que existiera comunicación previa con la embajada iraní ni con la Cancillería argentina. La falta de aviso a las autoridades fue otro de los puntos que alimentó el malestar dentro del gabinete persa.
En el perfil de redes de quien sería su esposa, también se compartieron fotos de su paso por Buenos Aires, incluida una visita a la Catedral Metropolitana, lo que generó aún más controversia en los medios iraníes. Tras la viralización, las cuentas fueron puestas en privado y el contenido eliminado.
El crucero “Plancius”, desde el cual se inició el viaje, es una embarcación de expediciones científicas adaptada para el turismo de aventura. Tiene como base de operaciones el puerto de Ushuaia y ofrece travesías de entre 6.000 y 17.000 dólares, dependiendo de la duración y destino. Se trata de uno de los tantos barcos internacionales que eligen a Tierra del Fuego como punto de partida hacia la Antártida.
El episodio no solo generó consecuencias políticas inmediatas en Irán, sino que también puso en evidencia el creciente protagonismo de Ushuaia como puerta de entrada al continente blanco. La ciudad no solo atrae a turistas de todo el mundo por su naturaleza, sino también por ser uno de los principales puntos de embarque a uno de los destinos más remotos del planeta.
Con este episodio, el puerto fueguino vuelve a aparecer en la escena internacional, esta vez como la postal de una crisis que trascendió fronteras y terminó con la carrera de un alto funcionario extranjero.
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