Convertir a Gamboa en la bodega más visitada del país es la ambición de Eduardo Tuite, fundador de la empresa de turismo corporativo Signature DMC. Hace 15 años compró 63 hectáreas en Cardales, partido de Campana, una zona sin tradición vitivinícola, y allí levantó la bodega que hoy lleva el apellido de su madre.
En ese campo “quebrado”, con una caída natural que favorece el escurrimiento del agua, ya implantó 10 hectáreas de cabernet franc, malbec, pinot noir y marselán. La bodega produce alrededor de 20.000 litros anuales y cuenta con un restaurante para 100 comensales. El proyecto se consolidó con un reconocimiento clave: el Pinot Noir 2022 obtuvo 94 puntos del Master of Wine británico Tim Atkin.
El plan en Cardales incluye además un barrio de 120 lotes, cada uno con su propio viñedo, y un hotel boutique de 52 habitaciones, todas con vista a las vides, cava y pequeña piscina. La inversión total proyectada ronda los US$ 30 millones y se financia, en gran parte, con la venta de lotes. Más de la mitad de los visitantes actuales de la bodega son turistas extranjeros, favorecidos por la cercanía con la Ciudad de Buenos Aires.
Bajo el concepto de “terruños únicos”, Gamboa ya sumó un viñedo urbano en el Hotel Intercontinental, en pleno centro porteño, y un desarrollo en General Madariaga, vecino a Pinamar, donde se plantaron siete hectáreas y se abrirá un restaurante.
El próximo gran paso será Ushuaia, donde Tuite quiere apostar a “vinos extremos” en un clima límite para la vid. La idea es comprar el terreno, acondicionarlo en 2026 y plantar tres hectáreas en 2027, enfocado sobre todo en la experiencia turística de los miles de pasajeros de cruceros que llegan cada año al fin del mundo.
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