
Una nueva medida gremial paralizó este viernes la actividad aérea en Argentina. La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa) llevó adelante un paro por franjas horarias que dejó como saldo miles de pasajeros varados y una fuerte reprogramación en la mayoría de los aeropuertos nacionales.
Entre las 13 y las 16 horas se registraron 28 vuelos cancelados y 43 con modificaciones de horario, lo que impactó a más de 8.000 viajeros, según confirmó Aerolíneas Argentinas. El escenario podría repetirse en la segunda franja de interrupciones, prevista entre las 19 y las 22, con un efecto equivalente a la cuarta parte de la operación diaria de la compañía.
Las ciudades turísticas y centros de conexión más relevantes fueron los que sintieron el golpe con mayor fuerza: Córdoba, Mendoza, Iguazú, Salta, Bariloche, Ushuaia, Neuquén y Buenos Aires sufrieron largas filas en mostradores, cambios de último momento y problemas en traslados terrestres y reservas de alojamiento.
La aerolínea de bandera pidió a los usuarios mantenerse informados a través de los contactos registrados en sus reservas, donde se notifican cancelaciones y nuevas alternativas de vuelo. También recordó que quienes hayan comprado pasajes mediante agencias deberán gestionar la reprogramación o la devolución directamente con ellas. Entre las opciones disponibles se incluyen cambios sin costo adicional o la posibilidad de modificar la fecha del viaje.
El conflicto, que ya pasó dos instancias de conciliación obligatoria, se originó en el reclamo salarial de Atepsa. El gremio rechazó un esquema de suba mensual cercana al 1% y también desestimó una propuesta del 15% presentada por el Ministerio de Transporte, argumentando que no responde a la pérdida del poder adquisitivo.
El panorama no se limita a esta jornada. Atepsa anunció que continuará con su plan de lucha: el domingo 24 y el martes 26 habrá nuevas interrupciones en diferentes franjas horarias, a las que se sumarán el jueves 28 y el sábado 30 de agosto. Como excepción, aclararon, se garantizarán las operaciones de emergencia, sanitarias y humanitarias.
La incertidumbre ya genera preocupación tanto en el sector turístico como en los pasajeros que dependen de conexiones aéreas para cumplir compromisos laborales o familiares. Hasta que no haya un acuerdo entre el gremio y el Gobierno, las demoras y cancelaciones seguirán marcando la rutina de los aeropuertos argentinos.
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