
El polo tecnológico de Tierra del Fuego atraviesa su peor momento en más de una década: en medio del debate sobre hasta dónde se justifica sostener una industria sustitutiva de importaciones, ve empeorar sus números de forma dramática.
En los buenos tiempos, de las líneas de montaje llegaron a salir 1,3 millones de computadoras portátiles. Sin embargo, eliminada la barrera tributaria, los equipos fueguinos ya no tienen chances de competir con los que llegan desde China.
A medida que se acumula el stock y que aparecen anuncios de una mayor apertura comercial a la competencia importada, la tensión sube y el futuro se torna altamente incierto.
Según datos de la Unión Obrera Metalúrgica, el año pasado se perdieron en la isla 6.000 empleos y ahora están en riesgo otros 10.000. La dirigencia sindical anunció que se evalúa la toma de plantas como medida de protesta.
Pero los problemas no se agotan con las medidas de apertura arancelaria. En este momento hay algo incluso más preocupante que el caso puntual de la quita de incentivos para la fabricación de notebooks y tablets: el bajón del consumo en el mercado interno.
Si bien en enero se había registrado un tibio repunte, no alcanzó para compensar el durísimo 2016 que les tocó atravesar a las empresas fueguinas. Para colmo de males, desde Fedecámaras, advirtieron que en lo que va de febrero se registró un descenso en la demanda, producto de la implementación del plan \"Precios Transparentes\", que terminó encareciendo los precios financiados en cuotas.
Si bien ahora se espera que los programas de hasta 50 cuotas que están empezando a desplegar los bancos públicos ayuden a traccionar el consumo, las empresas radicadas en el polo fueguino alertan por los altos niveles de capacidad ociosa -de hasta el 50%- que están enfrentando, a causa del desplome de las ventas y del elevado sobrestock en algunas categorías.
La situación más preocupante la atraviesan las compañías que fabrican equipos de aire acondicionado: según Federico Hellemeyer, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte), 2016 cerró con una producción total de 1,1 millón de unidades.
\"La demanda está planchadísima\", afirma el directivo, en diálogo con iProfesional. Cabe destacar que en 2015 se habían producido en la isla 1,8 millones. Esto implicó un derrumbe de casi 40 por ciento.
Carrier es una de las marcas líderes en el negocio de estos equipos para uso doméstico y compite por una porción del mercado con otros grandes jugadores como Newsan y LG.
Hay muchos factores que están incidiendo en la contracción de este segmento, de acuerdo con Hellemeyer: en primer lugar, la política tarifaria con la que ha venido avanzando el Ministerio de Energía.
\"La suba del costo de la electricidad sin dudas impactó negativamente en la demanda de estos aparatos\", sintetiza el presidente de Afarte.
El directivo también suma como un factor clave \"la mala situación económica en general\", luego de un año en el que el poder adquisitivo de los argentinos cayó entre un 6% y un 7%.
Desde una empresa afectada señalan a iProfesional que también el problema viene de arrastre de la época kirchnerista: \"En 2015 se habilitó una enorme cantidad de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) que estaban frenadas y hubo una gran sobreproducción concentrada en pocos meses\".
Luego, influyó que muchas compañías \"sobreestimaron el crecimiento del mercado para el 2016 y esto terminó provocando un parate que se arrastra hasta hoy\".
El desplome de la producción de este tipo de equipos no sólo es una muestra de la caída del consumo en general. También es un síntoma del cambio de política económica.
Es decir, una nueva visión luego de años en los que el kirchnerismo celebró los continuos récords en materia de venta de aires acondicionados como un símbolo de ascenso social, en un contexto de tarifas congeladas y millonarios subsidios a la energía.
Sin embargo, el sinceramiento del costo de la electricidad terminó por sepultar ese boom.
Fuente iprofesional
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