
El Gobierno nacional lanzó una ofensiva para contener el impacto de la salida del cepo cambiario y la volatilidad del dólar sobre los precios de productos básicos. El ministro de Economía, Luis Caputo, encabezó los reclamos a empresas alimenticias por aplicar incrementos “injustificados” y celebró que importantes cadenas de supermercados hayan rechazado listas con aumentos de hasta el 12%.
A través de sus redes sociales, Caputo señaló que supermercados de primera línea devolvieron mercadería de firmas como Unilever y Molinos que habían actualizado sus precios sin fundamentos sólidos. “Molinos retrotrajo toda la suba de precios. Buena reacción”, escribió el funcionario, elogiando la postura del sector comercial.
En paralelo, el presidente Javier Milei se sumó públicamente a la campaña. Durante el feriado de Semana Santa, compartió en su cuenta de X una viñeta de Gaturro con la consigna: “Si te aumentan los precios, no compres”, a lo que sumó un mensaje a favor de la resistencia de los supermercados ante las remarcaciones.
La preocupación oficial se centra en el efecto social que puede provocar una nueva ola de aumentos en alimentos y productos de higiene, justo después de la devaluación y la flexibilización del acceso al dólar. El tipo de cambio pasó rápidamente de $1.078 a $1.200, aunque luego retrocedió a $1.122, lo que para el Gobierno no justifica las subas aplicadas por las empresas.
Desde la Subsecretaría de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño también se expresó en contra de las listas de precios actualizadas: “No hay motivo ni cambiario ni tributario que justifique estos aumentos. Serán rechazadas por supermercados, almacenes y cadenas regionales”.
Ante este panorama, algunas cadenas de supermercados adelantaron que podrían comenzar a importar productos básicos si no se llega a un acuerdo con los proveedores locales. “Tenemos vía libre del Gobierno. Si el lunes no hay acuerdo, empezamos a importar”, advirtieron. Ya se habla de fideos desde Albania, lácteos desde Uruguay y cerveza alemana a precios más bajos que los locales.
En el sector aseguran que, con el consumo deprimido y la autorización oficial para importar, no permitirán más “sablazos” en las góndolas. Desde la Asociación de Supermercados reafirmaron su compromiso de ofrecer productos de calidad al mejor precio y rechazar cualquier intento de ajuste especulativo.
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