
Las transferencias corrientes a las provincias registraron a lo largo del 2020 un incremento del 158,4% nominal, equivalente a una mejora del 82% en términos reales, que le permitió a los gobernadores sortear la crisis fiscal originada por la Covid-19 y salir ilesos del impacto que tuvo en las arcas públicas la pandemia de coronavirus.
Estas partidas sumaron unos $333.708 millones a lo largo del año pasado, que contrastan con los $129.121 millones del 2019, ya que $150.000 millones corresponden a la asistencia financiera por parte de la Nación a los distritos para hacer frente a las restricciones sanitarias.
De acuerdo a estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), los giros extra presupuestarios a las 24 jurisdicciones que conforman el país llegaron a 1,2% del PBI en 2020, de los que 0,5 puntos están conformados por el paquete de salvataje lanzado por la Rosada. De esta manera, los ingresos totales alcanzaron el 17,5% del producto y los gastos totales el 17,3%, por lo que se llegó a un resultado primario del 0,2%.
Según el Iaraf, de no haber mediado esta ayuda por parte del Gobierno central, las provincias hubieran registrado un déficit primario de 0,3% del PBI, por lo que así hubieran revertido el superávit alcanzado en 2018 y 2019 a partir del consenso fiscal.
Sin embargo, lo cierto es que "en la comparación con 2019, hubo una leve mejora en el resultado primario consolidado, y a su vez, debido a un menor peso de los intereses en 2020, el déficit fiscal (es decir el que incluye los intereses) se redujo a menos de la mitad del observado en 2019", calculó el Instituto.
Esto fue resultado de los procesos de reestructuración de la deuda encarados por casi la totalidad de las provincias, para estirar los plazos de pago de los bonos emitidos por el macrismo y la reducción de los cupones.
Mientras tanto, se observó una paridad importante entre los distintos tipos de gasto, con un fuerte ajuste en los de capital. Las erogaciones corrientes aumentaron 34,1% (-5,6% real), al tiempo que los destinados a la obra pública treparon sólo 9% (baja del 23,3% al descontar la inflación).
En ese sentido, la inversión real directa fue la que se llevó la peor parte con un retroceso del 33,5% real.
"Si se evalúa el déficit fiscal relativizado a los gastos totales de cada provincia en 2020, se aprecia que las jurisdicciones con mejores resultados fueron Santiago del Estero (23%), Córdoba (6%), y Santa Fe (5%). Más aún, estas dos últimas junto a La Rioja, Entre Ríos, Misiones y Salta, revirtieron el déficit fiscal de 2019 y pasaron a cerrar el año con superávit", comparó el Iaraf en el informe.
Por su parte, "Chubut (-15%) y Río Negro (-10%) fueron las más comprometidas. En CABA, Neuquén, Corrientes, Buenos Aires y San Juan se evidenció, al igual que en Chubut, además de un resultado fiscal deficitario, un crecimiento del déficit respecto a 2019", concluyó el informe.
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