A casi cuarenta días de iniciada la permanencia pacífica en la planta de Blanco Nieve, la delegada Marcela Cárdenas —referente de las y los empleados y representante del SOIVA— confirmó que el grupo continúa resguardando el edificio y su equipamiento. Según explicó, la presencia sostenida tiene un objetivo claro: proteger la infraestructura mientras esperan una respuesta concreta del propietario tras los despidos.
Cárdenas remarcó que el reclamo principal se mantiene intacto. “Pedimos que se abone el 100% de la indemnización. Es un derecho, es legal y es lo que nos corresponde”, sostuvo, al justificar por qué el personal permanece dentro de la planta ubicada en Combate de Montevideo 1441.
En paralelo al reclamo, las y los trabajadores continúan impulsando ventas solidarias para afrontar gastos cotidianos. La delegada invitó a la comunidad a acercarse y colaborar. Entre los productos disponibles mencionó bolas de fraile, tortas fritas recién hechas, perfumes, cremas, aromatizantes, verduras, ropa, paños de cocina y hasta bolsas de residuos. Cada aporte, señaló, contribuye a generar ingresos mínimos mientras se extiende el conflicto.
La representante sindical también cuestionó con dureza al titular de la firma. Aseguró que Diego Russo “abandonó por completo sus responsabilidades”, recordando que los despidos llegaron mediante un telegrama en el que prometía pagar solo la mitad de las indemnizaciones, compromiso que ni siquiera cumplió. Ese documento fue rechazado por el personal.
Cárdenas afirmó que la indignación entre las trabajadoras y los trabajadores es profunda, pero que se mantienen firmes. “Él se está quedando con nuestro presente y nuestro futuro. Son años de esfuerzo y sacrificio dentro de esta planta, y no vamos a permitir que se pierdan”, expresó, reiterando que continuarán en el lugar hasta obtener una respuesta justa.
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