Lejos de definirse como una fuerza opositora, los integrantes de la lista se presentan como una propuesta de recambio. En diálogo con FM Aire Libre, plantearon la necesidad de iniciar una etapa distinta luego de más de veinte años de continuidad dirigencial, a la que describen como cada vez más alejada de los socios y del vínculo cotidiano con la ciudad.
Uno de los aspectos que genera mayor debate es que todos los candidatos son bomberos en actividad o con extensa trayectoria dentro del cuartel. Con antigüedades que van desde los cinco hasta más de veinte años de servicio, debieron solicitar licencia obligatoria para competir, tal como lo exige el estatuto. Esta situación, remarcan, deja al descubierto una contradicción estructural: quienes enfrentan las emergencias no pueden conducir la institución sin dejar temporalmente su rol operativo. “Alguien tiene que correrse del frente y dar la discusión desde otro lugar”, resumieron.
El planteo de renovación no desconoce el prestigio operativo del cuerpo activo. Desde la Lista Azul y Roja destacan el nivel profesional y la calidad del servicio, pero advierten que la institución se fue cerrando progresivamente. Como ejemplo mencionaron la pérdida de actividades comunitarias y una menor presencia territorial, simbolizada este año en la reducción de la tradicional recorrida navideña a un solo punto de la ciudad.
El proceso electoral tampoco estuvo exento de conflictos. Los comicios previstos inicialmente para el 23 de octubre fueron suspendidos en dos oportunidades tras observaciones de la Inspección General de Justicia. Desde la lista aclararon que no impulsaron denuncias formales, aunque sí presentaron escritos ante situaciones que consideraron irregulares, como licencias otorgadas fuera de norma o socios que no cumplían los requisitos estatutarios. Finalmente, la IGJ intervino y reordenó el cronograma, dejando expuesta la fragilidad institucional del proceso.
Otro punto sensible es el estatuto interno, que limita la posibilidad de expresarse públicamente sobre cuestiones internas bajo amenaza de sanciones. “No es que no queremos hablar, no podemos”, explicaron, dejando abierta la discusión sobre los márgenes de transparencia y debate en una organización democrática. La prudencia del discurso, señalan, no implica ausencia de conflictos, sino restricciones formales para exponerlos.
Con un padrón reducido de apenas 124 socios entre activos y protectores, la elección prevista para el lunes 22 de diciembre, de 10 a 17 horas en el cuartel central, puede definirse por una diferencia mínima. Por eso, la Lista Azul y Roja busca interpelar especialmente a los socios protectores, muchos de los cuales desconocían su derecho a voto o los mecanismos para participar. Ampliar la información, transparentar el padrón y fomentar la participación forman parte del cambio cultural que proponen.
Más allá de los nombres propios, la elección abre un debate de fondo sobre el modelo institucional que se quiere para los Bomberos Voluntarios de Río Grande. La discusión no se limita a la administración de recursos o la firma de balances, sino a la forma de gobernar una organización clave para la ciudad: si continuar con un esquema cerrado y concentrado o avanzar hacia una conducción más abierta, con mayor participación de bomberos y comunidad. En ese escenario, la contienda del lunes adquiere un valor que trasciende ampliamente lo electoral.
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