En diálogo con Minuto Fueguino, Natalia —madre de un estudiante que cursa una licenciatura en el norte del país— expuso la difícil situación económica y judicial que atraviesa su hijo, quien depende de una prórroga alimentaria que aún no fue firmada por el juez y que pone en riesgo la continuidad de su carrera.
Según explicó, “nosotros solicitamos una prórroga alimentaria a fines de octubre, principios de noviembre. Estamos esperando que el juez la firme, pero ya hoy tengo el mes perdido de diciembre. Mi hijo este mes tiene que rendir los finales, hay que pagar matrícula, hay que pagar cuota y no hay respuesta”.
La madre relató que siempre sostuvo los gastos como pudo, pero la burocracia judicial complicó aún más la situación. “Cuando mi hijo cumple su mayoría de edad, o sea los 21 años, ya estando más de medio año haciendo su licenciatura, el progenitor pide la baja de la cuota alimentaria y el juez se la otorga en 10 días”, comentó.
“Estuve el mes de julio sin cobrar. Tuvimos que volver a hacer una demanda. Esa prórroga es la que estamos esperando”.
El problema, además, se superpone con la feria judicial: “Vamos a estar diciembre, enero, sin resolver. Yo sé que se puede pedir una apertura por este tema… Si tenés tanta buena voluntad en dar de baja una manutención en 10 días, ¿por qué no firmar una prórroga en el mismo tiempo, sabiendo que el chico tiene que rendir finales y hay que pagar todo?”.
Natalia, jubilada, explicó: “Yo soy una jubilada que cobra 800 mil pesos”, cifra que no alcanza para sostener estudios lejos del hogar, especialmente en un contexto donde —según indicaron— se necesitan sumas millonarias para vivir y estudiar en el norte del país.
Sobre el aporte del padre, señaló: “Es el 20% de lo que él cobra. Él cobra en una empresa privada y tiene un muy buen sueldo”.
La situación, afirma, tiene un trasfondo más complejo: “Detrás de todo este trasfondo también hay una causa penal. Ahora en febrero van a ser 6 años”. Consultada sobre si considera que la quita de la cuota es una represalia, expresó: “Si vos sos papá y sabés que tu hijo está estudiando, ¿por qué pedís una baja cuando cumple 21? Eso lo hacés con saña. Porque el juez le da en 10 días, sabiendo que el chico está estudiando y sabiendo que el chico tiene una causa penal”.
También recordó que esta situación no es nueva: “Cuando mi hijo hizo el terciario en Buenos Aires, lo solventé yo sola, porque el progenitor pagaba lo mínimo de lo mínimo”.
Hoy, su realidad económica y de salud agrava aún más el panorama: “Yo tengo una patología crónica. Este año me tuvieron que operar de urgencia. Estuve muy mal de salud casi todo el año. Mi hijo se tuvo que venir para cuidarme un tiempo y tuvo que seguir su carrera online”.
“Tengo una residencia que pagar, tengo deudas, matrícula, cuotas. Si el juez no se digna firmar esa prórroga a mí me ató de pies y manos y a mi hijo lo hizo durante un año”, concluyó.
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