La profunda crisis económica que atraviesa el país se refleja con claridad en las góndolas de las carnicerías. Ángel Abdala, con más de 30 años detrás del mostrador, explicó cómo se ha transformado el hábito de consumo de carne en la ciudad: “Ya lo veníamos viendo, cada vez había menos consumo. La carne se disparó de un momento a otro, subió muchísimo. Ahora bajó un poco, pero igual no se consume. Bajó 100 pesos y sigue sin venderse”.

La tendencia es generalizada. Abdala relató que mantiene contacto con otros carniceros de la ciudad y todos coinciden en la misma problemática: la gente ya no compra como antes. “Antes venían y te hacían pedidos semanales, dejaban mercadería para los chicos porque trabajaban los dos padres. Hoy es el día a día. Buscan lo más económico. El asado prácticamente se descartó”, aseguró.

El cambio es rotundo. Según explicó, “lo que antes sobraba era pulpa, ahora lo que te queda son los costillares dentro de la heladera. Un asado para una familia de cuatro personas se va arriba de los 70 mil pesos. Es imposible para cualquier bolsillo”.

En cuanto a precios, precisó que actualmente “el kilo de asado está en 19 mil pesos, mientras que la carne picada cuesta 12 mil”. Por eso, muchas familias optan por otros menús más accesibles: “Arroz con tuco, tallarines… no hay otra forma”.

Abdala también apuntó a la pérdida del poder adquisitivo: “Los sueldos no se han tocado. Nuestros clientes de hace años nos cuentan su situación, y todos estamos igual. Nosotros tampoco hemos tenido aumento de sueldo. Hay vecinos que han perdido el trabajo, hijos que volvieron a vivir con sus padres porque ya no alquilan. Es insostenible”.

La baja en la venta es notoria: “Antes, los jueves o viernes se bajaban dos o tres medias res para tener asado. Hoy trabajamos muy parejo: dos medias por semana. Antes bajábamos cinco o seis en los buenos momentos. Hoy no hay ventas”.

La fidelidad de sus clientes se mantiene gracias a pequeños gestos: “Le hago un descuentito al que me compra, le doy un churrasquito más, un huesito… porque los tengo que cuidar. Estamos todos en la misma”.