En una nueva jornada del juicio oral por el intento de homicidio de Lautaro Ortigoza, el abogado defensor de Mía Martina Villanueva, el Dr. Juan Carlos Assan, brindó su alegato final ante el Tribunal de Juicio en lo Criminal. En una extensa exposición, el letrado solicitó la absolución de su defendida, argumentando que no existen pruebas técnicas, testimoniales ni materiales que acrediten su participación en el ataque ocurrido el 11 de junio de 2023.

Desde el inicio de su intervención, Assan puso en duda el desarrollo del proceso judicial y cuestionó duramente el alegato fiscal presentado el día anterior. “Nos alejamos del espíritu del juicio oral y caímos en prácticas inquisitivas que no permiten llegar a la verdad”, dijo, y criticó la utilización de contradicciones testimoniales como supuestas pruebas sólidas, además de denunciar que parte del alegato del fiscal López Oribe fue una reproducción textual del requerimiento de elevación a juicio.

El abogado cuestionó la solidez del relato fiscal y afirmó que no se demostró que Villanueva haya estado presente al momento de la agresión ni que haya tenido conocimiento de que Blanco portaba un cuchillo. “¿Cómo llegó mi asistida al lugar del hecho si no hay ni una sola huella? ¿Con magia?”, ironizó ante los jueces.

En su reconstrucción, Assan intentó desacreditar la teoría del plan premeditado: subrayó que Ortigoza cambió su versión en distintas instancias y que su declaración en juicio fue contradictoria respecto a lo declarado durante la instrucción. A su vez, planteó que no existen pruebas técnicas que ubiquen a Villanueva en el momento exacto del ataque, y que los rastros hallados corresponden únicamente al calzado de Blanco.

El defensor también cuestionó la evaluación médica de las heridas y sugirió que parte de las lesiones podrían no corresponder al hecho juzgado. Además, criticó duramente la supuesta falta de análisis sobre el contexto social y familiar de su clienta. “No se le puede exigir a una joven vulnerable, criada en un entorno difícil, que responda como quien tuvo una vida estructurada. Es una adolescente, no una criminal”, sostuvo.

Assan dedicó un tramo de su exposición a sugerir que el conflicto entre Villanueva y Ortigoza pudo tener otros orígenes, y sugirió que su defendida se habría distanciado del joven al conocer supuestos episodios de acoso hacia menores. “Estamos juzgando a una joven de 19 años que, según el fiscal, debería ser condenada a 20 años de prisión. ¿Qué sentido tiene arruinarle la vida a una persona sobre la base de conjeturas y testimonios de oídas?”, se preguntó.

Para el abogado defensor, el caso estuvo “plagado de subjetividades” y marcado por la “ausencia de certeza”. Insistió en que Villanueva no intervino en la agresión, no tuvo conocimiento del arma y que la Fiscalía no logró acreditar ninguna acción directa que justifique una condena. “Si no hay pruebas, debe haber absolución. No hay otra salida justa ni legal”, expresó.

Finalmente, Assan cerró su alegato pidiendo a los jueces que “piensen con el corazón y con su real saber y entender”, y solicitó la absolución lisa y llana de su defendida, invocando el principio de inocencia y cuestionando el tiempo que Villanueva ya pasó detenida sin condena firme.

La próxima etapa será el turno de la defensa de Dilan Blanco, antes de que el Tribunal delibere y emita su veredicto en un caso que sigue generando fuerte conmoción social en Río Grande.