
Argentina y Estados Unidos trabajan en una iniciativa conjunta que podría transformar a la Base Naval Integrada de Ushuaia en un punto estratégico para el abastecimiento y mantenimiento de submarinos norteamericanos. Aunque el proyecto aún no se materializó por falta de fondos, las conversaciones bilaterales avanzan en el marco de un plan más amplio de cooperación militar y geopolítica en el Atlántico Sur.
Los detalles surgieron a partir de una investigación del canal TN, que señala que la base, actualmente en etapa de planificación, ya cuenta con planos finalizados. Sin embargo, la construcción no comenzó debido a la ausencia de una partida presupuestaria en 2024. El Gobierno nacional incluyó recursos para 2025, pero su ejecución quedó atada a la prórroga de la ley de presupuesto anterior.
En este contexto, la visita reciente del jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Alvin Holsey, sumó una señal de respaldo a la iniciativa. Tras reunirse con el presidente Javier Milei en Buenos Aires, Holsey recorrió la base en Ushuaia y remarcó la importancia de la ubicación por su rol en “la protección de rutas marítimas vitales para el comercio global”, una afirmación que confirma el interés estratégico de Washington en la región.
El plan forma parte de una agenda más amplia que incluye intercambio técnico, acuerdos de defensa y un posicionamiento conjunto en torno a temas antárticos y oceánicos. Voceros castrenses señalaron a TN que este tipo de alianzas suelen implicar concesiones mutuas. Como referencia, mencionaron la base de Rota en España, donde Estados Unidos cuenta con una zona de uso exclusivo. En el caso argentino, cualquier despliegue militar extranjero requeriría una ley aprobada por el Congreso.
Aunque desde la Casa Rosada no hubo confirmaciones oficiales sobre la instalación de submarinos estadounidenses, tampoco se desmintió esa posibilidad. Versiones no confirmadas sostienen que Holsey habría planteado ese interés durante su paso por Tierra del Fuego.
A la par de este entendimiento, el Gobierno también analiza reactivar el radar de la firma LeoLabs, ubicado en Tolhuin, como parte del paquete de condiciones técnicas que Estados Unidos propondría para aportar recursos a la base naval fueguina.
El interés argentino por estrechar vínculos con la OTAN también juega un rol en el escenario: la intención de convertirse en un socio extra-alianza responde a la misma lógica de alineamiento y apertura a la cooperación militar occidental.
Además de su posible uso por parte de submarinos, la base en Ushuaia tiene un valor estratégico clave para la proyección antártica de la Argentina. Su ubicación, próxima al pasaje de Drake —una de las rutas marítimas más relevantes entre América del Sur y la Antártida—, la convierte en un enclave codiciado, en un momento en que potencias como Reino Unido, Chile, China y Estados Unidos buscan posicionarse en el sur del continente.
En un escenario internacional cada vez más polarizado, el avance de estas conversaciones refuerza el interés de Estados Unidos por consolidar su presencia en América del Sur, contrarrestar el avance de China y asegurarse acceso a puntos neurálgicos en el tablero geopolítico mundial.
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