La Real Academia Española (RAE) incorporó a su edición digital palabras como “meme”, “escrache” y “sororidad”. Entre otras modificaciones, la institución Española incorporó también la enmienda de acepción según la cual el feminicidio es el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia.
Sobre ello, Mónica Musci -profesora de lingüística en la UNPA- dialogó con el medio: “la RAE tiene una función que siempre está en discusión. Explícitamente ellos dicen que registran los usos más estables y que son representativos, es decir que representan el uso de bastantes personas y a la vez intentan mantener esa unidad de idioma que es para Hispanoamérica e Iberoamérica. También es importante para toda la industria editorial. Siempre se siente a la RAE como una especia de policía de la lengua, ‘lo que se puede y lo que no, lo que se debe y lo que no’”, añadió.
Sucede que la Academia, como institución, “tiene un peso que inevitablemente tendemos a pensarla como la que dicta, porque la gramática tiene esa actitud normativa, de lo que debe hacerse”, explicó Musci.
“Las nuevas corrientes lingüísticas son más bien corrientes de poner por delante el uso y darle peso a lo que hacemos los hablantes con la lengua, que es usarla. La lengua está viva porque cambia”, sostuvo.
Sobre las incorporaciones que realizó recientemente la RAE, las señaló como valiosas: “lo general en la lengua es que las cosas cambian, sino seguiríamos hablando latín. Lo que pasa es que no podemos cambiarla unilateralmente, nadie la puede cambiar solo. Surge por la iniciativa de grupos. Entonces después se afianza. Hoy en día la comunicación de los medios y las escuelas tienden a cumplir la función de unificación”.
“Para mí es un avance en el sentido de que aceptan usos que ya están establecidos y estabilizados. Aparece feminicidio, que en Argentina usamos más bien femicidio, y son dos formas para referirse al mismo fenómeno y están correctas”, detalló.
Asimismo, relató que durante mucho tiempo se discutió la denominación de las profesiones; “lo que está en discusión es la visibilizacion del género en otros ámbitos, decimos ‘el juez y la jueza’, se discutió un poco ‘presidenta e intendenta’ por ejemplo, pero creo que ya se aceptó la visibilizacion de las profesiones en femenino, sobre todo aquellas que eran ocupadas por hombres hasta que llegaron mujeres a ocupar esos lugares. Creo que eso acá en Argentina se saldó”.
“Hay experiencias que demuestran que el lenguaje se hace excluyente”
La profesora se refirió también al lenguaje inclusivo: “lo que vemos es duplicar el ‘todos y todas’ y se está instalando. Además hay grupos que proponen utilizar, cuando se trata de sustantivos y adjetivos que se refieren a grupos, implementar la ‘e’, por ejemplo ‘todes’, porque de alguna manera incluiría y neutralizaría el masculino genérico”.
En este punto, Musci afirmó: “acá la RAE no afloja, a mí particularmente me parece que la Academia está siendo muy conservadora. Los grupos, sobre todo feministas, no sienten que el masculino genérico represente a las mujeres. Esto es cierto”.
Sobre ello, ejemplificó la siguiente situación: “por ejemplo, si la maestra dice ‘todos los niños salen al recreo’, las nenas se van a quedar en su banco porque dijo ‘los niños y la maestra explicará que ‘niños’ quiere decir en general e incluyen niños y niñas, entonces en el gimnasio, por ejemplo, dice ‘los niños que quieren jugar al fútbol salgan afuera’ y salen las nenas, entonces la maestra dirá ‘dije los niños’, por lo que tiende a ser confuso. Al decir ‘los niños’, tiene dos posibles significados: el genérico que incluye a las niñas y el excluyente que incluye a los niños. Eso es confuso. Entonces es necesario visibilizar que hay mujeres, hombres y otras identidades genéricas, de ahí surge la “e”, son iniciativas de grupos que están moviendo esto y me parece interesante cómo se está visibilizando y se discute”.
¿Por qué la resistencia a los cambios?
Romina Behrens es becaria del CONICET, docente, vicepresidente del Consejo Municipal de la Mujer (CONMUJER) y dialogó con La Opinión Austral sobre el lenguaje inclusivo y la oposición de distintos sectores para su aplicación: “que hablemos con palabras que no son reconocidas por un diccionario no es más que incomodar el status quo del lenguaje y de nuestra cultura, porque lo que no entienden quienes siguen rezongando por esto es que las palabras son representaciones del mundo y afortunadamente nuestro mundo está cambiando y cada vez más”.
“El problema del lenguaje inclusivo no es por cómo hablamos, sino las ideologías que se resisten a la inclusión de otras identidades. El reconocimiento de esas identidades es importante, pero también lo es la distribución de derechos, yo aspiro que ambas vayan de la mano y para eso estamos luchando”, agregó Behrens.
También ejemplificó una discusión sobre el lenguaje: “con la discapacidad también existe, ‘¿cómo se dice?, ¿discapacitado?, ¿capacidad diferente? Persona con discapacidad es el término que se acordó para no discriminar, porque es una característica de la persona tener una discapacidad. En ese tema no parece haber demasiada discusión, de alguna manera la gente se siente cómoda estando del lado de las personas vulnerables en algún aspecto. Pero con las identidades disidentes que pretenden ser visibilizadas en el lenguaje no hay ninguna victimización, lo que hay es lucha, resistencia y eso no cae bien en los sectores más conservadores. Es más cómodo tratar con personas vulneradas que con aquellas en vías de empoderamiento”, finalizó.
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