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Judiciales

Piden penas más duras para los proxenetas de Alika Kinan, la víctima que querelló a sus tratantes y al Estado

Por estos días Ushuaia es nuevamente el escenario donde se sigue el segundo juicio que la tiene como querellante a Alika Kinan, la primera víctima de trata del país que enjuició a sus proxenetas y al Estado por facilitar la explotación sexual. Este viernes la fiscalía pidió penas que van de los 4 a los 9 años para los imputados, y un resarcimiento económico de más de dos millones de pesos. El veredicto será el 11 de junio.

El primer juicio fue a fines de 2016. El 30 de noviembre de ese año, un Tribunal de Tierra del Fuego condenó a 7 años de prisión a Pedro Montoya y a 3 años a Ivana García y Lucy Alberca Campos. Los tres, considerados culpables del delito de trata de personas con fines de explotación sexual de siete víctimas rescatadas de un cabaret en octubre de 2012, una de ellas, Alika. El tribunal ordenó entonces a la municipalidad de Ushuaia pagarle 780 mil pesos.

Montoya era el dueño del cabaret El Sheik. Ivana García era su esposa, y Lucy Alberca Campos la encargada del local. Aquel Tribunal -formado por los jueces Ana María D’Alessio, Luis Alberto Giménez y Enrique Jorge Guanziroli- consideró que la participación de las dos mujeres era secundaria y las dejó en libertad.

La querella –a cargo de Marcela Rodríguez, del Programa de Asesoramiento y Promoción de Derechos para Víctimas del Delito de Trata de Personas de la Defensora General de la Nación - había planteado algo distinto: que tanto la esposa de Montoya como Campos eran coautoras del delito porque -en distinto grado-, las dos tomaban decisiones y se quedaban con parte del dinero de la explotación de las mujeres.

Las partes apelaron, y el 18 de abril de 2018 la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena de Montoya, pero consideró que tanto la reparación económica como la pena para las dos mujeres era baja y ordenó realizar un nuevo juicio. El debate comenzó el 17 de mayo.

El nuevo tribunal está compuesto por los jueces Guillermo Quadrini, Mario Reynaldi y Alejandro Ruggero. Los imputados volvieron a declarar, no así Alika ni otras víctimas porque ya lo hicieron. Se escucharon grabaciones del juicio de 2016 y se tuvieron en cuenta las pruebas presentadas también ese año: libretas sanitarias que descartaran HIV y enfermedades venéreas, informes de profesionales del Ministerio de Desarrollo Social y de la Oficina de Rescate del Ministerio de Justicia y actuaciones de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX).

La fiscal del nuevo juicio es María Lía Hermida, quien le tomó testimonio a Alika tras el allanamiento al Sheik en 2012. Fue quien le hizo entender que era una víctima de trata y que podía demandar a sus explotadores.

Juicio fuera de lo común

"Fue un juicio fuera de lo común. Acá no se discutieron hechos ni prueba sino que se trataron los puntos que la Cámara de Casación Penal había marcado: el grado de participación que habia que asignarle a los imputados, si existía agravante sobre si los tres autores actuaron en forma organizada y el nuevo monto indemnizatorio", explica Hermida a Clarín.

La fiscal subió las penas porque consideró que las dos mujeres también eran coautoras del delito y que actuaron en forma organizada: pidió 9 años de prisión para Montoya, 7 años para Ivana García y 4 para Lucy Alberca Campos. La defensa de Campos ya aceptó ese pedido de pena. La reparación económica pedida ahora es de 2.365.067 de pesos, más intereses más costas.

"Yo que viví el proceso desde el allanamiento, el rescate a las víctimas, las declaraciones, es decir, el principio y el fin de esta causa, estos días que estaba en el juicio escuchaba declaraciones y todo parecía tan lejano. Es dificil que hoy los jueces puedan percibir todo lo que pasó en ese lugar y a esas mujeres tanto tiempo después. Todo es muy frío, y encima el tema de la virtualidad...", asegura Hermida.

Proceso interminable

Alika Kinan hoy tiene 44 años, está casada, es madre de seis hijos y milita contra la explotación y la trata de personas. Tenía 19 cuando la captaron en Córdoba para llevarla al Sheik, y 36 cuando el local fue allanado y ella liberada. En sus testimonios Alika habló de constantes violaciones diarias, de la explotación de sus proxenetas, de la violencia de los clientes, muchos funcionarios de la ciudad.

En el primer juicio la querella había pedido una reparación económica de 2.365.000 pesos por los daños que le había ocasionado el haber sido explotada durante tantos años. Una pericia psicológica presentada en el debate –realizada por peritos oficiales del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de la Nación- aseguraba que Alika sufría estrés postraumático grave y crónico y que el sufrimiento era extensivo a toda su familia.

"He presenciado cada una de las audiencias y después de tantos años lo que pude observar es la falta de educación constante de Víctor Santamaria (el abogado de Montoya), su machismo recalcitrante, bochornoso, avergonzante para el género masculino. Todas las que fuimos rescatadas ese 9 de octubre de 2012 somos seres humanos, y no fuimos tratadas como seres humanos cuando fuimos explotadas sexualmente, Santamaría perpetuó esa deshumanización en cada una de las sesiones con tratos degradantes para cada una de nosotras, como si no mereciéramos nada, ni siquiera el respeto de la sociedad ni del tribunal", dice Kinan a Clarín.

"Las estrategias que usan para desacreditar a las víctimas son humillantes, degradantes -sigue Alika-. Todo es muy tremendo, las estrategias que usan los proxenetas y los abogados de los proxenetas y lo que eso significa. Estamos muy enojadas, esperamos que esto se termine pronto, porque en esta búsqueda de Justicia todo lo que tenemos que soportar es terrible".

Montoya está preso. Lucy Alberca Campos es peruana y está en libertad condicional, ya que tuvo otras causas en su contra. La fiscal Hermida pidió la expulsión del país. Y por el agravante de la pena pedida ahora por la fiscalía Ivana García debería ir presa.

"Es muy positiva la lucha de Alika, veo su progreso y es un ejemplo para que otras víctimas sigan sus pasos en el pedido de la restitución de todos sus derechos -dice Hermida a Clarin-. Lograr que todas tengan una vida digna y puedan desarrollarse como mujeres es lo más importante porque todas traen unas historias de vida terribles, y esto sirve para sanar un poco todo lo que se pueda sanar".

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