El informe también indagó sobre la percepción ciudadana en torno a áreas clave del gobierno. En todas las políticas públicas evaluadas, la insatisfacción superó el 50%. Las áreas con mejor imagen fueron la política exterior (38% de aprobación), la economía (37%) y la seguridad (36%). Aun así, estas cifras resultan bajas para los sectores prioritarios de cualquier gestión.
Donde el panorama es más crítico es en salud, educación y obra pública, donde apenas un 25%, 25% y 22% de los encuestados, respectivamente, dijeron sentirse satisfechos. En esos tres sectores, la insatisfacción ronda el 70%.
Tres frentes conflictivos para el oficialismo
El deterioro en la valoración de salud y educación se da en medio de tensiones entre el Gobierno y actores claves de ambos sectores. Recortes presupuestarios, reclamos por fondos para hospitales como el Garrahan, atención a personas con discapacidad y financiamiento universitario están en el centro de la escena.
En cuanto a obras públicas e infraestructura, el reclamo es liderado por gobernadores, quienes presionan al Ejecutivo para reactivar proyectos paralizados, cuestionando la estrategia de ajuste fiscal que sostiene la Casa Rosada. Hasta ahora, el Gobierno defendió su postura argumentando la necesidad de alcanzar el equilibrio presupuestario, aunque este posicionamiento no logra ser respaldado por una mayoría social.
La preocupación de fondo: salarios y empleo
Consultados sobre los principales problemas del país, los ciudadanos señalaron los bajos salarios (34%) como la preocupación más grave, seguidos por la corrupción (31%) y la falta de trabajo (30%). Estos tres factores concentran las mayores inquietudes y representan un desafío estructural para el oficialismo.
Un mandato tensionado por la calle y la economía
Aunque Milei conserva un respaldo considerable de su base electoral, el estudio revela que persisten —y se consolidan— reclamos en torno a áreas de alto impacto social. Con dos años por delante antes de discutir una eventual reelección, la gestión deberá enfrentar una tensión creciente entre su programa económico y las demandas ciudadanas más urgentes.
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