El referente de los almaceneros, Luis Schreiber, dialogó con Fm del Pueblo y describió un panorama cada vez más complejo para el sector, marcado por subas constantes en alimentos y combustibles, consumo en caída y endeudamiento creciente entre los clientes. “La inflación dicen que no subió tanto, pero cualquiera que compra sabe lo que está pasando”, resumió.
Schreiber graficó un caso puntual que golpea de lleno al bolsillo: “La carne que llega en media res desde el norte aumentó alrededor del 20% desde octubre. El precio está firme y no hay expectativa de que baje. No sube por consumo interno, porque en Argentina está muy caído. Se la están llevando afuera”.
A esta situación se suma el aumento semanal de los combustibles, que encarece la logística. “Uno va a cargar y cada semana paga un poco más. No sé de dónde sacan el 2% de inflación con todo lo que está subiendo”, expresó.
El día a día en los comercios refleja el deterioro del poder adquisitivo. “Antes te decían ‘no me alcanzó el efectivo, paso la tarjeta’. Ahora vienen con la tarjeta rechazada. Prueban con varias y no pasan. Es desesperante”, relató. Para Schreiber, el programa de compras en tres cuotas sin interés fue un alivio momentáneo, pero expuso la gravedad del cuadro: “Cuando la comida se empieza a pagar en cuotas, algo está muy mal”.
El referente recordó que hace meses el sector viene pidiendo una moratoria impositiva, iniciativa que recién ahora se tratará en la Legislatura. “Ese pedido está hecho hace mucho. Llegan tarde. Ya se ahogaron varios comercios”, señaló, al tiempo que cuestionó la falta de discusión política sobre la crisis: “Nadie se sentó a hablar con los comerciantes. No hubo debate, solo chicanas. La gente quiere que se sienten y busquen soluciones”.
Schreiber también advirtió sobre el cierre de negocios, una postal que empieza a multiplicarse en la ciudad. “Me pasaron fotos de tres locales que ya ponen ‘cierre definitivo’. Son comercios de toda la vida. ¿Qué va a hacer esa gente después? ¿Qué van a hacer los empleados?”, planteó.
En cuanto a la situación laboral, se mostró preocupado por los despidos en distintas provincias y el impacto que eso puede tener localmente: “Están arruinando las pymes. Vamos a ver cuántos puestos quedan en pie después de fin de año”.
Sobre las imágenes de playas repletas durante el fin de semana, Schreiber consideró que no reflejan la realidad económica: “La gente necesita distraerse, es lógico. Pero mientras las playas estaban llenas, los comercios estaban vacíos. No se fijan en eso. El gasto fue mínimo”.
El diagnóstico es contundente: “Nos estamos fundiendo de a poco”, insistió. Y aunque valora cualquier medida de alivio que pueda surgir, advierte que muchas llegan tarde para un sector que hace meses viene perdiendo margen, clientes y capacidad de sostenerse.
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