En el marco del Día Mundial de las Aves Playeras, especialistas de Argentina y Chile alertaron sobre la crítica situación del chorlito ceniciento (Pluvianellus socialis), también conocido como Chorlo de Magallanes en el país vecino. La especie, que solo habita en la Patagonia, enfrenta un escenario preocupante con una población estimada en menos de mil individuos a nivel global.
Una agenda binacional para su conservación
Con el objetivo de acordar medidas urgentes, en mayo de este año se realizó en Río Gallegos un encuentro binacional que reunió a autoridades, gestores, científicos y conservacionistas de ambos países. Allí se definieron las bases de una agenda binacional de conservación, orientada a recuperar la especie y proteger sus hábitats mediante gestión colaborativa, buenas prácticas y cooperación internacional.María Luz Alsina, coordinadora del Equipo de Conservación de la Asociación Ambiente Sur, explicó que la agenda se apoya en cuatro líneas estratégicas: investigación y monitoreo; resguardo y manejo de sitios prioritarios; gobernanza; y educación y sensibilización de comunidades locales.
Por su parte, el especialista Ricardo Matus, del Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura, advirtió que los monitoreos recientes confirman un tamaño poblacional crítico, lo que obliga a implementar medidas directas contra las amenazas que ponen en riesgo su supervivencia.
Marco internacional y trabajo conjunto
El chorlito ceniciento está incluido en el Apéndice I de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS) como especie en peligro. Este estatus brinda el marco para que Chile y Argentina coordinen acciones conjuntas.Diego Luna Quevedo, de Manomet Conservation Sciences, indicó que se conformó un Grupo de Trabajo Binacional, encargado de impulsar la implementación de la agenda, articular esfuerzos e identificar fuentes de financiamiento.
Acciones prioritarias en la Patagonia
Entre las medidas inmediatas se destacan:
- Fortalecer el programa de monitoreo binacional de la especie.
- Mapear hábitats y sitios prioritarios en la Patagonia.
- Proteger sitios de nidificación y reproducción mediante áreas protegidas públicas, reservas privadas y OMECs (otras medidas efectivas de conservación).
- Fomentar el diálogo con actores clave, como propietarios ganaderos, empresas de energía, vecinos de lagunas, legisladores y autoridades regionales.
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